• Según el libro 'La pornografía online, Una nueva adicción', se trata de una 'droga' que modifica físicamente el cerebro: ante una sobredosis de dopamina, la zona que se activa se reduce de tamaño.
  • Diez días de desintoxicación es el periodo mínimo para que el cerebro se normalice, según los médicos.
  • Es un problema mundial: existen más de cuatro millones de portales y su consumo no para de crecer.
  • En 2006, casi el 30% del tráfico de Internet era pornográfico (más de 146 millones de páginas vistas al día).
El auge de Internet también ha provocado desgraciadamente otro boom, el de la pornografía online. Pero lo peor de todo es que se ha convertido en una adicción tan peligrosa como la que provoca una droga dura, como el crack. Así, lo refleja el libro 'La pornografía online. Una nueva adicción', del escritor peruano Óscar Tokumura. Una adicción que domina la mente, el cuerpo y la voluntad del individuo y además provoca una modificación física de su cerebro, según un estudio realizado en Alemania por el Instituto Max Planck. En concreto, la exposición a la pornografía online genera una liberación abundante dopamina en el cerebro, similar a la que se tiene cuando se consume cocaína o heroína, la cual activa una zona cerebral. Pero una sobredosis de esta hormona y neurotransmisor hace que la zona del cerebro afectada se retraiga, generando una reducción de masa encefálica, es decir, de su tamaño. Esto no es baladí, pues la dopamina tiene funciones relacionadas con: el comportamiento, la cognición, la actividad motora, el sueño, el humor, la atención, las motivaciones o la regulación de la producción de leche, entre otras. La pornografía online daña a la persona en todos sus ámbitos (espiritual, mental e incluso físico, como hemos comentado). Es una de las adicciones más extendidas y quizá la menos comprendida, según escribe Tokumura. Pero no hay duda de que es un grave problema. Los médicos consideran que diez días de desintoxicación -en los que la persona no recaiga en el consumo de pornografía- es el periodo mínimo para que el cerebro se normalice. Pero esto es sólo el principio de un camino para liberarse de esta cadena que no será fácil, en el que cabe la esperanza para los adictos: hay salida. Esta adicción es un problema mundial, pues existen más de cuatro millones de portales y su consumo no para de crecer. En Internet, existe un mar de pornografía accesible y casi interminable. Por dar algunas cifras, en 2006, casi el 30% del tráfico de la red era pornográfico, un porcentaje que supone más de más de 146 millones de páginas vistas al día. Pero, desgraciadamente, se ha convertido en un negocio, cuyos ingresos se calculan en más de 100.000 millones de dólares anuales, superando los beneficios que declaran en su conjunto gigantes de Internet como Google, Microsoft, eBay, Apple, Netflix, etc. Y desde 2006, la red no ha parado de crecer... por lo que las cifras actuales serán mucho más escandalosas que las referidas. En el libro citado, hay muchos más datos que ponen los pelos de punta. Tokumura señala que la edad media a la que se empieza a acceder a la pornografía es a los 11 años, edad que en EEUU baja hasta los 9 años. Además, el 70% de la navegación pornográfica se hace a plena luz del día, concretamente entre las nueve de la mañana y las cinco de la tarde, y en días de diario. Tokumura menciona algunas de las causas que derivan en el consumo de pornografía (narcisismo, heridas originadas en la familia, rechazo, soledad, inseguridad sexual, desconfianza, etc.). Pero conviene subrayar que la pornografía no es un fenómeno sin más, que en demasiadas ocasiones se enaltece (recuerden el 'éxito' de los libros y la película 'Cincuenta sombras de Grey'), sino una adicción peligrosa y con terribles consecuencias, que se puede comparar a la que provocan otras muchas drogas. Cristina Martín cristina@hispanidad.com