• Rania Al Abdullah confirma un hecho que todos sabíamos, pero Occidente, acomplejada por el fantasma de la islamofobia, no se ha atrevido a denunciar antes.
  • La monarca hachemí lamenta que el Estado Islámico siga extendiendo su "ideología diabólica" en Oriente Medio.
  • La reina propone erradicar el fanatismo islamista con "educación", "oportunidades" y "empleo", en una región donde una cuarta parte de los jóvenes está en paro.
La reina Rania de Jordania (en la imagen) enfrenta a la comunidad musulmana con la pura realidad. La esposa del monarca Abdullah II ha dicho este miércoles en París que "los musulmanes moderados de todo el mundo no están haciendo lo suficiente para ganarle la lucha ideológica al Estado Islámico (EI)". La reina confirma un hecho que todos sabíamos, pero Occidente, cohibida por el fantasma de la islamofobia, no se había atrevido a denunciar ante sus colegas árabes. La reina hachemí ha lamentado que los yihadistas estén "extendiendo su ideología diabólica" en las regiones sometidas bajo su dominio, en el norte de Irak y Siria, y advierte de que su orgía de terror y sangre "modifica la percepción local de esta zona". Y ha sido clara: "Si estos extremistas ganan, toda la región será devastada rápidamente". La consorte del monarca jordano ha trasladado este mensaje durante el acto inaugural del Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF), tal y como recoge Zenit. La reina ha sugerido una de las claves para erradicar el fanatismo islamista, tras recordar que "más de una cuarta parte" de la juventud en Oriente Medio está desempleada. Según Rania Al Abdullah, los jóvenes de la región necesitan "educación, oportunidades, empleo y alguien que crea en ellos" para no caer en las garras yihadistas del EI. Rania estima que es necesario crear "100.000 millones de empleos de aquí a 2020". Jordania forma parte de la coalición internacional antiyihadista, liderada por Estados Unidos, y es el único país de la región junto a Egipto que ha firmado un acuerdo de paz con Israel. Es también de las pocas naciones a las que no llegó la primavera árabe. El rey Abdullah II se comprometió entonces a impulsar un paquete de reformas, pero no las ha aplicado. Daniel Esparza daniel@hispanidad.com