- Al parecer, doña Letizia se ha tomado muy en serio lo de tener agenda propia.
- De la cultura pasó al cambio climático y ahora estamos con la comida.
- Ya saben, somos lo que comemos.
- Está claro: tenemos un problema con la Monarquía. Se llama progresismo.
- ¿Puede existir una reina progre? Puede, pero no debe.
Ocurrió en un reciente acto presidido por la
Reina Letizia, muy empeñada en tener agenda propia para, de este modo, por ejemplo, no tener que acudir a
la toma de posesión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o de sus ministros. No,
doña Letizia más que un verso suelto es un verso curvo.
Digo que, en dicho acto,
rodeado de los diversos patrocinadores -que son aquellos de los que siempre debe estar rodeado un rey-,
doña Letizia exclamó algo muy parecido a esto:
-En España tenemos que acostumbrarnos a
comer un solo plato por comida. ¿Qué es eso de comer primer plato, segundo plato y postre?
Fue en ese momento cuando uno de los presentes aseguró que él tomaba primer plato, segundo palto, postre y café,
generalmente acompañado de un chupito.
Su Majestad no pudo por menos que exclamar:
-¡Qué barbaridad!
Instante en el que aprovechó un tercero,
probablemente un republicano, para asegurar que, además, se tomaba una segunda copa con la partidita de mus.
Aquello fue demasiado. Una persona de tanta sensibilidad como la
Reina de España decidió que no valía insistir en su nueva campaña para llenar agenda ante aquella asamblea: faltaba espíritu de compromiso.
Porque claro,
doña Letizia comenzó volándose en el
mundo de la cultura, es decir, el mundo del espectáculo, pero es
campo amplio y donde se topó con la izquierda que tanto amaba de soltera pero que, al parecer, no le amaba a ella como
Reina de España.
Luego entró en el mundo del
cambio climático con alguna que otra intervención en algún que otro foro. Pero los chicos del
calentamiento global van a tener que crear un
palacio de congresos paralelo para albergar a todos los famosos que pretenden figurar en ese boletín de enganche. Así no hay manera de brillar.
Por último, vislumbró el "
somos los que comemos", uno de los paradigmas progresistas más asequibles. Y ahí comenzó su vuelo. Ahora se ha convertido en
'apóstola' de la comida de plato único, y no precisamente chuletón.
Está claro: tenemos un problema con la Monarquía. Se llama progresismo.
¿Puede existir una
reina progre? Puede, pero no debe. Y la pregunta final es: ¿Ha conseguido la
Reina Letizia que los progresistas la consideren uno de los suyos? La respuesta, durante el discurso de su esposo, el Rey,
en el inicio de legislatura.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com