El partido Pakistán Tehrik-i-Insaf (PTI), liderado por el exjugador de cricket Imran Khan (65), se ha hecho con la victoria en las elecciones generales celebradas el miércoles en la República Islámica de Pakistán. El partido centrista recibió 116 de los 272 escaños en la Asamblea Nacional (cámara baja del Parlamento).
El segundo lugar lo obtuvo la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) del exprimer ministro Nawaz Sharif, que anteriormente se encontraba en el poder y ahora recibirá 64 escaños.
Según informa El Mundo, Khan es un ídolo en su país porque formaba parte del equipo de cricket que ganó en 1992 la única copa del mundo que ha obtenido hasta ahora la selección pakistaní. Su aspecto de guaperas, explayboy y político, fundador del PTI, motivado por erradicar la pobreza, le han colocado en un pedestal en el que el único inconveniente que tenía era el de casarse con mujeres occidentales.
Recientemente se casó por tercera vez y en esta ocasión la elección fue acorde a los seguidores de su partido: divorciada, con cinco hijos y asesora espiritual
De hecho, recientemente se casó por tercera vez y en esta ocasión la elección fue acorde a los seguidores de su partido. Un portavoz del PTI ha confirmado la boda de Imran con Bushra Wattoo, divorciada y madre de cinco hijos, a quien definen como su "asesora espiritual". La ceremonia se celebró en la casa de él en Lahore, la ciudad de Imran. Busha Wattoo estuvo con la cara tapada por un velo durante el ritual religioso siguiendo así las tradiciones que no cumplieron las otras dos esposas a la hora de contraer matrimonio.
Las dos esposas anteriores del exjugador de cricket -una judía y otra musulmana- han coincidido en que fueron objetivo de campañas de abuso y desprestigio por parte de dirigentes del PTI por casarse con una leyenda viva como algunos consideran al explayboy, que arrastra el apelativo desde la década de 1970 y 80 a pesar de su impecable comportamiento con sus exesposas.
Hay que recordar que Pakistán es uno de los países donde más se persigue a los cristianos, con la ley de blasfemia, por ejemplo.