Los atentados del 11-S provocaron la víctima 3001. Fueron más de 3.000 pero este dato se ha quedado como símbolo y signo de aquel 11 de septiembre de 2001. Esa víctima 3001 es el sentido de las proporciones.
Hasta entonces, un atentado terrorista que acabara con la vida de media docena de personas se consideraba una tragedia. A partir de la tragedia de Nueva York la cosa cambió: con 3.000 muertos en una sola salvajada, perdimos el sentido de las proporciones y el recién iniciado siglo XXI se convirtió en el siglo de la confusión. Y así, Occidente se enfrentó a Bashar al Asad en lugar de a los enemigos de éste, que no era otro que el Estado Islámico (ISIS), que pretendía acabar con el Occidente Cristiano.
Curiosamente, Jerusalén nada dice del anuncio de Riad, que anuncia su propia bomba nuclear
Perdido el sentido de las proporciones en Occidente, las tragedias del Tercer Mundo ya no impresionan en el Primero o lo hacen a la manera onegera del Open Arms: mal y en la dirección equivocada.
Y en pleno aniversario del 11-S neoyorquino, que por fin convirtió a Nueva York, capital global del capitalismo financista, en capital del mundo en la vida real… que no en el cine y para mal, sucede esto: el premier israelí, Benjamín Netanyahu, en campaña electoral, anuncia que se va a anexionar parte de Cisjordania, es decir el valle del Jordán, una porción de Judea y Samaria que, se supone están en poder de los palestinos ‘buenos’, los de Cisjordania, no de los palestinos malos, los de Gaza. Peligro de guerra.
Lo de las torres gemelas nos hizo perder el sentido de las proporciones en materia de homicidios y liberticidios
Al mismo tiempo, ahondando en el error de Donald Trump, que considera que los malos son los chiítas de Irán cuando los sunitas árabes representan el mayor de los fanatismos, el de Ben Laden, el premier israelí vuelve a enfrentarse a Teherán: denuncia a existencia de plantas nucleares secretas en la región de Abadeh.
El relevante ministro de Exteriores iraní, el también peligroso Mohamad Yavad Zarif asegura que Netanyahu busca la guerra… y seguramente ambos tienen razón.
Para el occidental el individuo. Por hijo de Dios, es sagrado. Para el oriental, sólo es un elemento de una colectividad
En el entretanto, Netanyahu no se queja de que la Arabia sunita de Ben Salmán también anuncia la construcción de su propio armamento nuclear.
Resumiendo, 18 años después del 11-S, ¿hay peligro de guerra en le mundo? Sí. ¿Lo hay a partir, una vez más, de Oriente próximo y del Creciente Fértil? Sí. ¿Se trata de una lucha entre el cristianismo y el Islam? No. Se trata de una lucha entre la civilización cristiana occidental, cuya ideología es que el hombre es hijo de Dios, por tanto sagrado y los orientalismos panteístas (el panteísmo hindú de China e India es más importante y peligroso que el islam) donde el hombre es un número, pieza de una gigantesca colectividad.
Y no se extrañen de que el campo de batalla sea, una vez más, Jerusalén, algo más que una ciudad.