Según la nota difundida este viernes por Laboral Kutxa, los 137,7 millones de euros de beneficio (+3%) de 2019 son fruto del mayor impulso comercial y, en parte, es así, pero sólo en parte. Es cierto que el negocio más puramente bancario crece bien -el margen de intereses lo hace un 1,38% y alcanza los 249,9 millones, y las comisiones, un 2,57%, hasta 104,1 millones-, pero también lo es que el margen bruto sólo aumenta un 0,27%, hasta 405,3 millones de euros. La culpa la tiene el ROF, que cayó un 8,7% y no superó los 51,3 millones.
De esta manera, llegamos a las dos partidas que marcan el resultado final del ejercicio: por un lado, los gastos de administración y amortizaciones, que descienden un 1,44% hasta los 241 millones, y las provisiones y saneamientos, que caen un 6,42%, hasta 10,6 millones de euros.
Al final, esto permite a la cooperativa del grupo Mondragón presentar un resultado antes de impuestos de 153,7 millones de euros, un 3,61% superior al de 2018, que se queda en 137,7 millones (+3%) después de pagar impuestos por 16 millones (+8,9%).
La entidad destaca el impulso comercial durante el ejercicio, como hemos señalado al principio. Un esfuerzo que se concretó en los créditos hipotecarios, que aumentaron un 12,9% respecto a los de 2018, “a pesar del parón constatado en el mercado estatal (así lo dicen) por la aprobación de la nueva Ley Hipotecaria (LCCI) el pasado mes de junio”, señala la nota. Semejante fue el crecimiento de los activos fuera de balance, concretamente de los fondos de inversión, que aumentaron un 11,9%, 4,5 puntos por encima del sector.
Lo dicho: Laboral Kutxa debe el crecimiento del beneficio de 2019 al impulso comercial, pero también, y muy significativamente, a la caída de los gastos y a las menores provisiones. Como todos.