- Alfonso Alonso 'falla', precisamente, en el momento en que la número dos de Rajoy se perfila como el repuesto, si éste tuviera que dimitir por la imputación de Bárcenas.
- Se confiesa más "rajoyo" que "sorayo" en lo que es la designación de si alguien entra en el Gobierno o sale: "salvo mi nombramiento y algún otro, suele acertar".
- No quiere entrar en el futuro político de Soraya: no cree que "le hayan encomendado un trabajo distinto del que está haciendo magníficamente bien durante los últimos tres años".
- La política informativa del Gobierno es caótica: Báñez habla en el 'canutazo' porque la EPA es buena, Soraya pasa de los periodistas y Alonso sólo quiere charlar, nada de declaraciones... y vuelve loco a sus escoltas.
Resulta paradójico y cuanto menos curioso el lapsus 'freudiano' que ha tenido este jueves el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, en el Fórum Europa. Y es que el que fuera hasta hace poco más de un mes el portavoz del PP en el Congreso ha llamado "presidenta" a Soraya Sáenz de Santamaría (ambos en la imagen) en el citado desayuno informativo.
Este pequeño error, que ha provocado varias risas entre los asistentes, podría pasar como algo sin importancia en otro momento, pero no ahora. A día de hoy, la número dos de Mariano Rajoy se perfila como el repuesto, en el caso de que este tuviera que dimitir por la imputación de Luis Bárcenas. Un posible destronamiento que ya contó Hispanidad la semana pasada.
No es ningún secreto que la relación entre el presidente del Gobierno y Soraya no pasa por su mejor momento. Parece que el feeling se hubiera esfumado, pues Rajoy no la quiere ni para el Ayuntamiento de Madrid. Recuerden que se ha especulado con que la vicepresidenta podría ser candidata a este cargo en las próximas elecciones municipales, un puesto para el que también ha sonado el nombre de Esperanza Aguirre, pero Rajoy guarda silencio y mantiene la intriga, como hiciera en la designación de Arias Cañete.
Sin embargo, en este culebrón hay otros actores que también han cobrado relevancia en los últimos días. En concreto, los grandes empresarios que forman el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), quienes han entrado en política, ya que quieren a Soraya en el PP y a Susana en el PSOE. Es decir, apuestan por la doble SS.
Alfonso Alonso tiene fama de ser un "sorayo", es decir, uno de los miembros del Gobierno que apoya a la vicepresidenta. Aunque ha querido matizar y ha confesado que es más "rajoyo" que "sorayo" en lo que se refiere a la designación de si alguien entra en el Gobierno o sale: "salvo mi nombramiento y otro suele acertar".
El ministro de Sanidad fue quien potenció a Sáenz de Santamaría cuando esta solo era diputada rasa y la aupó hasta convertirla en portavoz del grupo parlamentario popular en la Cámara baja, pasando a ser su subordinado. Por ello, siempre que se le ha preguntado a Soraya si Alonso era "sorayo" siempre ha dicho que más que eso ella sería "alonsista" porque este fue su mentor.
Pero la afinidad entre ambos políticos tampoco es ningún secreto y así se ha podido ver en el evento, celebrado en dos salones del Hotel Westin Palace de Madrid llenos hasta la bandera, con cuchicheos, miradas, sonrisas... Alonso empezó su discurso diciendo que "debería saludar a todo el mundo que ha venido a escuchar a la vicepresidenta" -su presentadora en esta ocasión-. Pero no sólo eso. "Es un orgullo trabajar en el Gobierno de España y para la vicepresidenta de España", añadió, olvidándose de Rajoy, su 'jefe'.
En relación al futuro, el ministro de Sanidad no ha querido entrar a valorar el de su amiga (¿será vicepresidenta, futura alcaldesa o hipotética candidata a la presidencia del Gobierno?). No cree que "le hayan encomendado un trabajo distinto del que está haciendo magníficamente bien durante los últimos tres años". Respecto al suyo, ha comentado que no se ha planteado presentarse como candidato a lehendakari, aunque no ha dado puntada sin hilo, al añadir que en el caso de que cambiara de planes "Soraya tendría que aprender euskera para hacer mi presentación".
Paralelamente, hay que mencionar la política informativa del Gobierno que es caótica, aunque se empeñen en presumir de transparencia y de dar información, lo de hablar no les gusta tanto. Entremos en detalles. La ministra de Empleo y Seguridad, Fátima Báñez, sí que ha hablado en el famoso 'canutazo', ya saben ese corrillo que formamos los periodistas, pero claro había una razón de peso para hacerlo: los datos de la EPA son buenos. Por su parte, Soraya ha pasado de los periodistas que la han perseguido unos metros, pero sin éxito. Mientras, Alonso se ha hecho de rogar, pues ha tenido a estos profesionales esperando más de 20 minutos por saludar a muchos de los asistentes, pero el resultado ha sido nefasto: su gente ha dicho que sólo quería charlar, nada de declaraciones.
Y es que el ministro de Sanidad no tenía prisa en volver a su lugar de trabajo, situado a poca distancia, y se ha dado media vuelta para tomar un café con un par de acompañantes, todos trajeados, haciendo que el escolta cambiara de rumbo corriendo ante el imprevisto.
Cristina Martín