- El ministro sigue en sus trece sobre las centrales térmicas de carbón: el Gobierno decide.
- Para Iberdrola, la decisión corresponde al propietario, libre para salir o entrar del mercado.
- Nadal da una vuelta de tuerca: propone a Iberdrola que venda para evitar el cierre.
- El presidente asturiano se cruza: nada de cierres precipitados de las plantas de carbón.
La visita a Asturias del ministro de Energía,
Álvaro Nadal, este lunes, deja sobre la mesa las tres posiciones encontradas sobre el futuro de las
plantas del carbón. Vamos, si cierran cuando le empresa lo plantea, como sostiene
Iberdrola, o si depende, como quiere el ministro, de la seguridad del suministro. Ojo, la
batalla durará porque está juego, no sólo el carbón, sino las
centrales nucleares, de más alcance.
En medio del choque inevitable de pareceres emerge también el presidente asturiano,
Javier Fernández, consciente del efecto en su región de lo que decida el ministro. De cierres precipitados, nada, ha dicho Fernández, aprovechando la firma de un
convenio de colaboración con las zonas mineras (
en la imagen).
Fernández ha utilizado, en parte, una de las razones que da Nadal: el control del precio de la electricidad. Y sobre eso se ha agarrado también para que mantenga el carbón en el
proceso de transición energética que prepara.
Obviamente, eso choca con Iberdrola, que ya ha anunciado su intención de cerrar las dos
únicas centrales térmicas de carbón que le quedan, la asturiana de
Lada y la palentina de
Velilla. Lo dijo
Ignacio Sánchez Galán en la Cumbre del Clima de Bonn y lo ratificó la semana pasada (miércoles, 15), cuando retó a Nadal en presencia de Dastis, ministro de Exteriores en el Gobierno
Rajoy.
Pues bien, Nadal, que
no quiere dar el brazo a torcer, se ha servido de su presencia en Asturias para insistir en que es el Gobierno quien decide si las plantas cierran o no, según las necesidades de suministro y el precio de la energía.
A partir de ahí,
Nadal ha introducido otra variante: si la empresa quiere cerrar una planta -por criterio de ineficiencia, nula rentabilidad o lo que sea-, que lo haga, pero vendiendo la instalación al mejor postor porque habrá otros operadores interesados en comprar la central térmica, sea Lada, la asturiana, o Velilla, la de Palencia.
La cuadratura del círculo, en la mente de Nadal para desarrollar la reforma que quiere lanza, ojo, paro la que necesita
consenso político (el visto bueno del PSOE, poco probable), amén de otros pasos, como la postura de
Competencia (CNMC) y su compatibilidad con Ley del Sector Eléctrico.
La postura de Iberdrola también es muy clara y así se la ha hecho llegar a Nadal: me parece muy bien que usted decida lo que convenga a la
planificación energética, pero tiene que comprender, en la misma medida, el
criterio del propietario -o sea, la empresa-, que decide libremente si entra o sale del mercado.
Eso de "
impedir el cierre de centrales iría en contra de la legislación nacional y europea", respondió en concreto sobre el proyecto de Nadal para regular el cierre de las instalaciones eléctricas.
Rafael Esparza