OHL lleva cuatro años en números rojos -en 2019 perdió 127,8 millones de euros- y, de momento, nada hacer prever que 2020 vaya a ser diferente. De hecho, la compañía lo ha calificado como “ejercicio de consolidación”, con una facturación de 3.000 millones y un ebitda de 70 millones. Para ver beneficio habrá que esperar a 2021.
Sea como fuere, ya se ven algunos brotes verdes. Para empezar, los 127,8 millones de pérdidas en 2019 supone mejorar en un 92% el resultado de 2018, aunque lo mejor, sin duda, fue el ebitda positivo después de cuatro años, y que alcanzó los 64,8 millones de euros. Otro signo del cambio de tendencia: la facturación, que aumentó un 1,8%, hasta los 2.959 millones, gracias a Estados Unidos y a Hispanoamérica, que aportaron el 72% de las ventas.
Por su parte, la deuda neta con recurso al accionista disminuyó un 69,3% y cerró el ejercicio en 106,5 millones de euros. Pero no todo fue tan positivo. La cartera total cayó un 10,4%, hasta 5.458 millones de euros, principalmente por la reducción de la cartera a corto plazo, que pasó de 5.876,4 millones en 2018 a 4.999,6 millones en diciembre 2019, un 14,9% menos. Significativa fue también la reducción de la liquidez total (-24,3%), que pasó de 1.037 millones en 2018 a 784,5 millones en 2019.
El ajuste del perímetro, por tanto, debe continuar, y uno de los activos, candidato a salir, es el Old War Office de Londres. Viene a ser como el ‘Canalejas’ británico: hotel y viviendas de lujo en el edificio del centro de Londres que en su día fue sede del Ministerio de la Guerra. Es una joya valorada en unos 1.000 millones de euros y de la que Villar Mir posee el 49%, una participación que se dispone a vender al grupo indio Hinduja dueño del 51% restante. El acuerdo está prácticamente cerrado, según ha manifestado este jueves el CEO de OHL, José Antonio Fernández Gallar, durante la presentación de los resultados a los analistas.
Y todo esto sucede mientras continúan las negociaciones para que la familia Amodio entre en la constructora que preside Juan Villar-Mir de Fuentes como socio preferente, una operación que marcaría un antes y un después en la historia de OHL. En cualquier caso, no piensen a Amodio sino en el fondo Tyrus, que tiene la sartén por el mango después de refinanciar la deuda del grupo Villar Mir a finales de 2018.