La libertad religiosa es un derecho humano (recogido en el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos), pero su situación en el mundo no es buena y está empeorando. Por ejemplo, “en España preocupa el interés del Gobierno actual en cambiar la aconfesionalidad por un Estado laicista”, ha respondido Javier Menéndez Ros, director de la Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en nuestro país ante la pregunta de Hispanidad en la rueda de prensa telemática para presentar el XV Informe de Libertad Religiosa 2021.
En concreto, Menéndez Ros ha destacado que dicho Ejecutivo quiere que “la religión se aparte del foro público”. Algo que se puede ver en la reforma de la ley educativa (la denominada ‘ley Celaá’), que se ha hecho “sin consenso civil, sin contar con la comunidad educativa ni la jerarquía eclesiástica, quitando peso a la educación concertada y reduciendo el pluralismo”.
En EEUU, con Trump había “un grupo de gente interesada en la libertad religiosa, pero con Biden esto se acabó, porque el apoyo a la libertad religiosa lleva una gran serie de condiciones”
Claro que también han vuelto las dificultades en EEUU con la Administración Biden. En estos años, se han visto “diferencias entre la administración demócrata y republicana, pero estamos acostumbrados a que no haya atención a los cristianos perseguidos”, ha afirmado Marcela Szymanski, representante de Ayuda a la Iglesia Necesitada ante la UE, ante la pregunta de Hispanidad. Eso sí, ha subrayado que con Trump había “un grupo de gente interesada en la libertad religiosa, pero con Biden esto se acabó, porque el apoyo a la libertad religiosa lleva una gran serie de condiciones”. “Ahora ha habido un retorno a lo que estábamos acostumbrados con la Administración Obama y anteriores”, ha añadido.
ACN ha advertido del fuerte retroceso que ha tenido la libertad religiosa en el mundo, un derecho humano que se viola en 62 países (el 31,6% del total), es decir, en uno de cada tres. El 67% de la población mundial viven en países donde se producen graves violaciones a la libertad religiosa, por lo que unos 5.200 millones de personas pueden ser discriminados, marginados o perseguidos por causa de su fe. En concreto, en 36 países (18,6% del total) hay discriminación y en otros 26 (13%) se da persecución, “que puede llegar hasta el asesinato o el secuestro”, ha explicado Menéndez Ros. Y ojo, porque nueve países han pasado de no estar categorizados en el Informe de 2018 a aparecer en rojo directamente: siete de África (entre ellos, Mozambique) y dos de Asia.
¿Quién atacan la libertad religiosa? Los gobiernos autoritarios (43 países), el extremismo islamista (26 países) y los nacionalistas étnico-religiosos (4 países)
Los que atacan la libertad religiosa son: los gobiernos autoritarios en 43 países, el extremismo islamista en 26 países y los nacionalistas étnico-religiosos en 4 países (entre ellos, India o Myanmar). Aunque hay países que sufren varios de estos atacantes. Además, cambiarse o dejar tu religión conlleva graves consecuencias legales y/o sociales en 42 países.
En su último informe (como también se refleja en su resumen ejecutivo), ACN ha destacado la radicalización del continente africano, donde se ataca la libertad religiosa en el 42% de los países. El principal motivo se debe al fuerte aumento de la presencia de grupos yihadistas en alianza con decenas de grupos violentos locales, como se puede ver en Burkina Faso y Mozambique. Es un hecho que los terroristas islamistas se han desplazado de las llanuras de Siria e Irak en Oriente Medio hacia África, sembrando el terror y conquistando territorios, con la pretensión de establecer un “califato transcontinental”.
Los terroristas islamistas se han desplazado de las llanuras de Siria e Irak en Oriente Medio hacia África, sembrando el terror y conquistando territorios, con la pretensión de establecer un “califato transcontinental”
ACN ha señalado que la libertad religiosa también ha empeorado en Hispanoamérica, en concreto en Venezuela, Nicaragua y Cuba. Claro que tampoco se han olvidado de Chile, donde ha habido 59 ataques vandálicos (incendios, profanaciones) a iglesias, y de hecho, la fundación pontificia en España ha otorgado su Premio Libertad Religiosa 2021 al sacerdote Pedro Narbona, párroco de las iglesias de Veracruz y de la Asunción en dicho país.
Por su parte, en los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), hay una persecución disfrazada de progreso y por ejemplo, el derecho a la objeción de conciencia está cada vez más desprotegida. Es lo que se denomina una persecución políticamente correcta y el Papa Francisco ha advertido que “diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa”.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el Covid-19 no lo ha puesto nada fácil para la libertad religiosa. De hecho ha supuesto: muchos gobiernos impusieron una limitación desproporcionada de la práctica y el culto, una estigmatización de la religión como causante de la pandemia, la negación de ayuda humanitaria a minorías (por ejemplo, en Pakistán) o más yihadismo en zonas sin control estatal y con reclutamiento en internet.