Al menos 121 personas murieron y 561 resultaron heridas desde el pasado 4 de abril en los combates, tras el inicio de la ofensiva contra Trípoli, la capital de Libia, de las tropas del mariscal Jalifa Haftar contra las fuerzas del Gobierno de Unidad Nacional (GUN), afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS), recoge Razón México. El Ejército Nacional Libio (ENL), autoproclamado por el mariscal Haftar, hombre fuerte del este del país, lanzó una ofensiva para apoderarse de la capital (noroeste), sede del GUN.
El mariscal dice que su objetivo es restaurar la seguridad y erradicar a los grupos radicalizados de la capital; lo cierto es que, desde que “liberó” a la ciudad de Bengasi en julio de 2017, se propuso extender su presencia a todo el país y unificar al gobierno bajo su mando, poniendo fin a ocho años de anarquía y guerra civil. Las fuerzas que respaldan al GUN reaccionaron de inmediato y los combates ya llevan más de una semana. La ONU pidió un cese de hostilidades y una reanudación de los diálogos de paz, pero todo indica que el conflicto continuará en las trincheras.
Recordemos que el desastre de Libia fue otro de los 'éxitos' de la Primavera Árabe del inclito Barack Obama. En este caso concreto, encima, con el apoyo de la aviación europea. Con Gadafi, que no era un santo, Libia estaba en paz. Gracias a Obama, hoy Libia es un avispero de ambiciones y fanatismos.