Las fábricas españolas del automóvil han cerrado en año en negativo, con un recorte del 1% en la producción (hasta 2,81 millones de vehículos), bastante más acusado en diciembre, con una caída del 16,1% (146.395), según el comunicado de Anfac. Las exportaciones, mientras, se han reducido un 0,6% (hasta los 2.3 millones de automóviles), con un descenso del 13,6% en diciembre (121.175).
El cierre y diciembre, en fin, aventuran un mal comienzo de año, también por culpa de la política de Sánchez y las prohibiciones de Teresa Ribera (ambos en la imagen). El dardo llega, no tanto de la entrada en vigor de la nueva norma de medición de emisiones (WLTP) -con problemas en la provisión de motores homologados-, como una debilidad de la demanda, tanto en España como en Europa.
La debilidad de la demanda, en España y Europa, se traslada a las plantas de fabricación
Se trata de un mal dato anual, por tanto, con un peor comportamiento centrado en los últimos cuatro meses. Es lo que ha obligado a las plantas a ajustar los volúmenes de producción y, en algunos casos, a realizar paros completos en sus líneas de fabricación.
El parón se explica por la caída de ventas en los principales destinos de las exportaciones españolas. De hecho, Francia es el único país que cierra el año con un aumento de las matriculaciones (3%), mientras que en Alemania han caído un 0,2%, y se ha reducido la demanda desde Italia (-3,1%) y Reino Unido (-7%).
La producción de vehículos diésel se reduce al 32%, frente al 40% del año anterior
Fuera de Europa, Turquía sigue con su particular crisis, que se traduce en una caída de ventas del 35% y un recorte del 40% de las importaciones de vehículos españoles.
Y a todo lo anterior, según Anfac, se añaden las dudas de consumidor español por la confusión creada sobre qué coche comprar, tras la guerra contra el diésel. Lo prueba el vuelco en las preferencias de compra, que se traslada a las fábricas. Sólo el 32% de la producción española en 2018 ha sido diésel frente a un 40% del año anterior.
Por tipo de vehículos, los turismos cierran el año con una producción de 2,21 millones unidades (-1,2%); furgones, en 228.668 (3,9%); industriales pesados, en 10.879 (-0,8%) y tractocamiones, en 7.616 (-54,1%).
Con signo positivo, los todoterrenos (7,3%), hasta 51.797, los comerciales ligeros (4,1%), hasta 260.003 e industriales ligeros (8,6%), hasta 37.003.