La situación en Nicaragua se complica. Decíamos ayer que la Iglesia estaba en proceso de retomar el diálogo con el Gobierno, manteniéndose a la espera de una respuesta de Ortega. Sin embargo, la situación ha empeorado y ha causado la huida de los católicos que hoy se refugian en Costa Rica.

El cardenal Leopoldo Brenes detalló a los periodistas que “desgraciadamente algunos catequistas, algunos delegados de la palabra, ministros de la comunión, que han tenido que salir del país”. Además, tras oficiar la misa de este domingo, Brenes anunció que la Archidiócesis costarricense de San José tiene instrucciones que acoger a los católicos que busquen en ella refugio.

Ni en Nicaragua ni en Costa Rica

El cardenal ha agradecido la ayuda a sus vecinos, en concreto a Ciudad Quesada -al norte de Costa Rica-, indicando que "ha creado algunos centros de refugio, clínicas, por si llega un nicaragüense enfermo, en las diócesis fronterizas, igual". Además, el Gobierno ha condenado las manifestaciones contra la acogida de nicaragüenses, alegando que llamaban al odio y a la violencia. Estas se unen a la reciente campaña nicaragüense que ataca a la Iglesia utilizando los escándalos estadounidenses para desprestigiar a la jerarquía católica.

Cabe mencionar que Nicaragua es un territorio en el que destaca el catolicismo sobre otras religiones. Según un censo realizado en 2012, el 53,4% de la población, con un total de 6 millones de personas, se considera católico.

Las tensiones comenzaron en junio, cuando la Iglesia, que actúa como mediadora en la crisis socio-política con la que lidia el país, propuso adelantar las elecciones a marzo de 2019. Desde entonces, son miles las personas que han decidido dejar Nicaragua: el 11 de agosto Costa Rica contaba con 19.000 peticiones de asilo, aunque afirmaba que alrededor de 23.000 habían cruzado sus fronteras.