Una semana después de que el magnate ruso Mikhail Fridman, dueño de casi el 70% de DIA, tensara aún más la cuerda con la banca y amenazara con no lanzar la ampliación de capital, llama la atención el jugoso contrato que tenía con la consultora estadounidense Oliver Wyman (dos millones de euros al mes), pese a ser una empresa en crisis. Y ojo, porque la cancelación del mismo no está siendo una tarea sencilla.
La relación entre la cadena de supermercados y la consultora empezó el pasado 23 de enero, cuando el anterior Consejo decidió el fichaje de María Miralles como directora de Transformación de DIA: sería personal externo, aunque formaría parte del comité directivo. Dicha relación acabó con el cese de Miralles, según fuentes de la compañía, que se produjo el pasado 5 de junio. Claro que los detalles son otra cosa y ahí está la razón por la que la cancelación no está siendo fácil.
DIA aún no está a salvo de la quiebra: negocia una inyección de liquidez adicional de 380 millones fuera de plazo, condición 'sine qua non' para la ampliación de capital
Pero lo grave es que estamos hablando de DIA, una empresa en crisis, por lo que un contrato de dos millones de euros mensuales no es ninguna tontería y más tras las cifras del primer trimestre: deuda de 1.702 millones, un patrimonio negativo de 308,5 millones, pérdidas de 144 millones y caídas de Ebitda y de ventas. A esto se suma que aún no está a salvo de la quiebra. Como ya se informó, el plazo para negociar una inyección de liquidez adicional de 380 millones acabó el pasado día 15, pero la cadena de supermercados tiene que seguir trabajando porque es condición sine qua non para hacer la ampliación de capital de 500 millones que LetterOne se comprometió a tener lista antes del 19 de julio. Y los días van pasando.
Y ojo, Oliver Wyman no es ningún desconocido. El Gobierno Rajoy le eligió junto a Roland Berger, firma de consultoría estratégica con sede en Múnich (Alemania), como adjudicatarios de contratos de auditoría especial (test de estrés) a la banca en 2012.