Este lunes, la rueda de prensa para presentar los resultados semestrales de Bankia ha dejado algunos titulares, algo que no siempre es fácil cuando el ponente es el CEO de la entidad, José Sevilla. En esta ocasión, ha dado algún rodeo, aunque en los ‘peros’ de sus respuestas ha estado lo más granado.
Empecemos por la OPV de Bankia. Sevilla ha insistido en el “respeto absoluto a las decisiones de la Justicia”, pero fue “una operación altamente regulada y reglada” (ya saben, tuvo el visto bueno del Banco de España, la CNMV y Deloitte). Claro que, en su opinión, “a toro pasado, es fácil decir que fue un error, aunque hay una gran distancia entre un error y un delito”, ha subrayado. Y para remarcar aún más esta idea, el CEO ha añadido que “muchos testigos del caso han dicho que fue un error, pero también que no hubo dolo”. Además, en relación a la sentencia que se conocerá en los próximos meses, la respuesta ha sido que “ya van siete años con el proceso y hoy se ve como algo muy del pasado, porque desde 2016, estamos ganando clientes”… así que no se prevé un impacto de la misma.
El CEO no habla de competidores, pero considera que las malas prácticas de un banco afectan a todos: la reputación la hacen entre todos
Segundo asunto: la reputación bancaria tras el ‘caso Villarejo-BBVA’. Sevilla no se ha mojado ante las preguntas de Hispanidad, pues se ha limitado a señalar: “Como vais a comprender no voy a hacer ningún comentario sobre nuestros competidores ni sobre temas que están judicializados”. Esto último resulta muy curioso por sus declaraciones sobre otro tema judicializado (la OPV de Bankia). Será que no le ha gustado la alusión a BBVA... pero, ya casi al final de la rueda de prensa, sí se ha referido a la reputación menguante del sector: “las actuaciones específicas de las entidades sí afectan a la reputación del sector, que la hacemos entre todos. Hay que predicar con el ejemplo y tratar de hacer las cosas bien”.
Y tercer tema con matización incluida: la privatización de Bankia. El límite (si no hay más prórrogas) se sitúa en diciembre de 2021. Sevilla espera que “a esa fecha, haya ventanas para privatizar o reducir significativamente la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)” pero pintan mal esas ventanas (vía venta de paquetes o fusiones) porque un Gobierno en funciones “afecta más a la evolución de la acción y según esta, no parece que sea el mejor momento para pensar en colocaciones”.
Están muy bien como están, pero antes del límite (establecido, por ahora, para diciembre de 2021) habrá que tomar alguna decisión porque el compromiso del Gobierno es privatizar
Y como el negocio bancario sigue siendo una ruina por el escenario de tipos bajos, Sevilla ha anunciado que tendrán que contemplar nuevas medidas. En plata, como el margen de intermediación no va a crecer, podrían replantearse las comisiones (claro que o lo hacen todos los bancos, o ninguno).
Ojo, no se llegará a un beneficio de 1.300 millones de euros en 2020, informando a la CNMV (ver documento adjunto), cifra que recogía el Plan Estratégico, dado el escenario de tipos y las últimas declaraciones del BCE. Pero Sevilla ha afirmado que tienen “elementos para compensarlo y que no afecte a la generación de capital”. Por ejemplo, van muy avanzados en la reducción de activos no productivos (los llamados NPAs): el plan preveía pasar de 16.800 millones a 7.900 en 2019 (un descenso de 8.900) y ya han bajado en 6.900 millones, hasta los 9.900, por lo que sólo faltarían 2.000 millones para lograr el objetivo.
Y por cierto, el CEO de Bankia considera que "la inestabilidad política no es buena, aunque la economía sigue teniendo una dinámica muy favorable, se sigue creando empleo y es capaz de seguir evolucionando bien en un entorno de indefinición política". Claro que al igual que otros colegas del sector, añade que "sería bueno que haya un Gobierno sólido".