Que te roben datos de clientes no es lo mismo a que te quiten, por ejemplo, un avión o millones de litros de combustible. Los datos de clientes son ‘different’, son algo mucho más serio, sobre todo si son sus tarjetas de crédito. Es lo que le ocurrió a British Airways entre el 21 de agosto y el 5 de septiembre de 2018 (le robaron los datos de unas 380.000 tarjetas de crédito de clientes), y lo que este lunes ha sancionado la Oficina del Comisionado de Información (ICO, por sus siglas en inglés). La multa: 183,39 millones de libras (unos 204 millones de euros). No es ninguna tontería: equivale al 1,5% de los ingresos de BA en 2017.
La reacción de la compañía no se ha hecho esperar. El presidente y CEO de la aerolínea, el español Alex Cruz, ha afirmado que el grupo está “sorprendido y decepcionado”, ya que “British Airways respondió rápidamente al acto criminal de sustracción de datos de sus clientes. Además, no hemos encontrado evidencia de fraude o actividad fraudulenta en las cuentas relacionadas con la sustracción”.
Willie Walsh, por su parte, ha asegurado que la compañía llevará a cabo “todas las medidas necesarias para defender vigorosamente la posición de la aerolínea, incluyendo cualquier apelación que considere necesaria”.
Está claro que este lunes 8 de julio no será candidato a mejor día del año en las oficinas de BA en Heathrow. Y es que, a la multa del ICO hay que añadir el rechazo del mercado: a dos horas del cierre bursátil, los títulos de IAG caen más de un 1,9%, hasta los 5 euros por acción, con un Ibex que retrocede un 0,6%.