Merece la pena leer el enjundioso comunicado (ver documento adjunto) de la Fundación Madrina, que nació para ayudar a la mujer más necesitada de ayuda hoy en día, la embarazada, y que ahora ha ampliado su espectro de ayudas sobre todo a la mujer y a la familia.
Con motivo de la campaña electoral madrileña, Madrina acusa a toda la clase política de la utilización demagógica de las colas del hambre. A continuación señala al culpable de la lamentable respuesta al virus: el Gobierno Sánchez que cerró la Administración y cerró la economía.
Conviene escucharles, porque el Gobierno no entiende de pobreza, sólo habla de ella y trata de paliarla con el dinero de los demás, mientras Madrina no habla de pobreza sino que ayuda a los pobres, con sus benefactores... en vivo y en directo.
Y un mensaje claro: no es con limosnas sino con empleos, como se ayuda al pobre
Y si esperaban ustedes la clásica monserga onegera sobre la necesidad de aumentar las subvenciones a los impecunes, olvídenlo. Por supuesto que Madrina canaliza ayudas públicas -aunque más privadas-, pero, quizás por ello, porque ésta sí capta la miseria, su mensaje a la clase política es que la pobreza no se cura ni con subvenciones públicas ni con ingresos mínimos vitales (lo del IMV es cosa mía, no de Madrina), sino dando trabajo a cada cual para que pueda ganarse el pan con el sudor de su frente. Es decir, con la dignidad del hombre libre.
Todo un programa político y económico de quien no presume de ayudar a los demás con el dinero de los demás, sino que realmente ayuda a quien lo necesita, en su mayor parte con el dinero de quienes le apoyan voluntariamente.