Las cuentas corresponden al último año de Rosa María Mateo al frente de RTVE, un mandato provisional -fue elegida a dedo- que comenzó en julio de 2018 y que finalizó en el pasado mes de febrero. Demasiado tiempo para alguien que, además de su sectarismo, no supo gestionar el presupuesto de la Corporación, que perdió 31,6 millones de euros en 2020, dos millones más que en 2019, también bajo su mandato.

José Manuel Pérez Tornero explicó el martes al Consejo de Administración que las cuentas estuvieron condicionadas por tres circunstancias: la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 durante los dos años siguientes, los gastos sobrevenidos por el IVA, que se modificó tras los PGE de 2018, y por las subidas salariales de los empleados públicos. Todo esto, insisto, con Rosa María al frente.

Los motivos están muy bien, pero no dejan de ser excusas de una pésima gestión. A ver si nos entendemos: RTVE no debería tener pérdidas porque lo que tiene que hacer es cumplir con el presupuesto asignado en los Presupuesto Generales del Estado, también si se prorrogan. Y si eso implica que no se puede fichar a estrellas mediáticas como Jesús Cintora -estrella brillantísima, como ha quedado demostrado con ‘Las cosas claras’-, pues no se ficha a nadie, que en la Casa hay suficientes trabajadores y algunos muy buenos, por cierto.Ni pérdidas ni deudas, como los 184,1 millones de euros que acumula durante el primer trimestre de este año, a los que hay que sumar otros 126,2 millones que deberá abonar la Corporación por concepto de IVA.

Por cierto, el 22 de julio será el último de ‘Las cosas claras’, coincidiendo con el inicio de la programación especial de los Juegos Olímpicos de Tokio. Una pena.