- Antonio Huertas califica el año de "excelente".
- La cuenta de resultados de la aseguradora tiene nombres propios: Harvey, Irma y María.
- A las catástrofes naturales hay que sumar el descenso de los tipos de interés en América del Sur.
- Buen comportamiento del negocio de vida. El problema es que sólo es el 29,3% del total.
- El patrimonio total se ha visto reducido en un 5,7%, pero tranquilos, el 82% de los 12.840 millones corresponde a patrimonio neto.
Una vez acabada la ronda de presentaciones del sector financiero, este jueves ha sido la aseguradora Mapfre la que acaba de presentar sus
resultados cerrados a diciembre de 2017.
Ya en los datos presentados a cierre de septiembre quedaban reflejados los efectos de los "eventos catastróficos", según la terminología de la compañía, sucedidos en EEUU y países de centro y América del Sur, en la cuenta de resultados de la compañía que entonces registraba una caída del casi el 15% en sus resultados.
Tres meses después, el resultado neto atribuido, 700,5 millones de euros (M€) es un 9,7% inferior al del cierre de 2016. A pesar de esta caída, el presidente de la aseguradora ha calificado el año de "excelente".
Es más,
durante la presentación de resultados, ha asegurado que "el cuarto trimestre ha sido el mejor de nuestra historia". Gracias a eso la aseguradora ha podido mantener el dividendo del ejercicio anterior.
Trataré de dar una idea de por dónde se ha movido la cuenta de resultados de Mapfre intentando no ser aburrido pues, como ya saben, el negocio asegurador se rige de forma diferente a las sociedades comerciales al uso, ya que reciben por anticipado los ingresos en forma de primas.
Así,
comencemos por que las primas emitidas crecieron en el negocio de no vida un 2,6% y en el de vida un 4,2%. Una vez descontadas las provisiones de riesgo que hacen las compañías, el crecimiento se redujo al 0,7% y al 3,6% más que en el año anterior respectivamente.
El resultado técnico,
que son las primas netas menos los pagos por siniestros y los gastos de gestión del negocio, ha sido negativo para el negocio de no vida, que es el que contempla los siniestros que han cubierto las catástrofes naturales.
Concretamente, ha sido de 102,6M€, un 27,7% inferior, y los ingresos financieros de este negocio (305,4M€) también han sido inferiores al del año anterior (-33,1%).
El negocio de vida ha ido un poco mejor, con crecimientos del 9,2% en el resultado técnico y un retroceso del 6,2% en el resultado financiero.
El problema es que el negocio de vida sólo tiene un peso del 29,3% en las primas emitidas y ante unas contingencias como las que se ha encontrado Mapfre, en las que el negocio de no vida solo aporta 945,8M€ (-23,2%), la cuenta de resultados se resiente.
El impacto de los
ciclones y tormentas ha supuesto un coste neto de 125,6M€, que equivale a una pérdida bruta de 1.047M€ de los que aún no se han pagado 858M€ (pero sí están ya en la cuenta de resultados del ejercicio).
También el descenso de los tipos de interés en América del Sur ha 'castigado' los resultados financieros. Piensen que una parte de las primas cobradas han de permanecer en activos líquidos, y si a los históricos tipos bajos en Europa se han añadido las bajadas en otras áreas, tenemos la 'tormenta financiera perfecta'.
El ratio de la siniestralidad de no vida ha crecido un 0,7% y se sitúa en el 70,7%, por debajo de la media del sector en 2016 que se situaba en un76,9%.
El resultado por áreas geográficas, salvo Latam sur que registra un crecimiento 59,2M€, ha ido en la línea del resultado consolidado, con extremos de un -80,9% menos que en 2016 en Norteamérica a un -9,8% en Iberia.
A pesar de que en los datos publicados se habla de solidez en la cifra de capital de la compañía con una cifra de 12.840M€, donde el 82% corresponde a patrimonio neto, el patrimonio total atribuido a la sociedad dominante se ha visto reducido en un 5,7% y ha pasado de 9.126,5M€ a 8.611,3M€, diferencia que se justifica en 639M€ por la fortaleza del euro frente al dólar, 286M€ por la depreciación de carteras de inversión, y 447M€ por el menor beneficio del ejercicio.
Con estas cifras, el margen de solvencia se resiente pasando de 200% en septiembre de 2016 a 189% en el mismo mes de 2017.
La deuda total también crece, de 2.202,9M€ en 2016 a 2.327,4M€ en 2017 y el ratio de apalancamiento pasa del 16,1% al 18,1%.
Pese a estas cifras el compromiso de la compañía con los
dividendos se mantiene y el pago para el 2017 es de 0,145€ por acción, igual cifra que en 2016.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com