Mario Draghi se ha despedido de la Presidencia del Banco Central Europeo (BCE) cuyo relevo tomará Christine Lagarde. Una francesa sucede a un italiano, quien, además de ser conocido como 'Supermario', carece de abuela.
Así, ha asegurado ante la prensa haber hecho un buen trabajo, haber sabido resistir a las presiones y haber salvado el euro. Lo dicho: no tiene abuela.
Ocho bajadas de precio del dinero en ocho años. Es decir, la crisis económica permanente
No sólo eso, sino que los medios informativos no especializados, siempre serviles ante la arrogancia, han dictaminado que Draghi ha sabido sortear durante esos ocho años la presión “de los halcones”. Pero hombre, sí aquí el único ultra -ultramonetarista- que existe es 'Supermario', que ha bajado los tipos ocho veces en ocho años, que los ha dejado en negativo, que ha adquirido toda la deuda pública posible… Es decir, que ha aumentado el océano de liquidez y nos ha situado al borde del ahogamiento, en crisis económica permanente.
Con su actitud, Draghi ha alentado, durante estos ocho años, a los gobiernos más irresponsables, que han endeudado a su población para varias generaciones. Y todo ello sin conseguir mutualizar el bono porque, no sin cierta razón, los alemanes se negaban.
Según Draghi, los tipos de interés negativos son muy positivos para la banca. Y lo ha dicho sin despeinarse
Y en el colmo de la vesania envanecida, Draghi asegura que los tipos de interés en negativo son buena cosa para la salud de los bancos. Y en este punto, no habló de orgullo ni de triunfalismo: a lo mejor había bebido.
Márchese en mala hora, señor Draghi, cuanto antes mejor. Si usted ha salvado el euro a lo mejor es que el euro gozaba de buen salud antes de su amarga medicina. ¿Usted el salvador de la economía europea? Más bien su enterrador. Perdón exhumador.