Parece que José María Marín Quemada, presidente de la CNMC (su mandato ha vencido, pero debe seguir hasta que haya nuevo Gobierno y elija un sucesor), ha acabado cediendo… Y pese a las advertencias que hizo a eléctricas y gasistas, también suavizará el recorte que iba a dar en la retribución de la distribución del gas, porque está en juego la credibilidad de España.
Esto son palabras mayores. Las empresas de transporte y distribución de gas tienen entre sus accionistas a inversores internacionales, que son imprescindibles para financiar cualquier esfuerzo inversor que quiera hacerse en España, según un informe de expertos. Entre ellos: el holding nacional Criteria Caixa, los fondos CVC Capital Partners y Global Infrastructure Partners (GIP), y la empresa de hidrocarburos argelina Sonatrach en Naturgy; la aseguradora Allianz y la Junta de Inversión del Plan de Pensión de Canadá (CPPIB) en su filial Netgia; los fondos Norges Bank, BlackRock y Retail Oeics Aggregate, así como las empresas de servicios financieros Bank of America y State Street Corporation, en Enagás; una gestora de fondos vinculada a JP Morgan, un fondo de Abu Dabi y otro de inversión llamado Covalis Capital, así como la aseguradora suiza y proveedora de servicios financieros Swiss Life, en Nortegas; los fondos de pensiones Arbejdsmarkedets Tillægspension (ATP) y Universities Superannuation Scheme (USS), 33,3%, y los inversores financieros Guoxin Guotong Fund LLP (GT Fund) y CNIC Corporation Limited (CNIC) en Redexis Gas; un fondo soberano chino (Gingko Tree Investment), un fondo de pensiones holandés (PGGM) y la eléctrica francesa EDF en Madrileña Red de Gas.
En las empresas de transporte y distribución de gas hay más de 15 inversores internacionales que han invertido más de 75.000 millones de euros
Todos estos inversores se verían muy perjudicados por un cambio regulatorio abrupto… Además, hay que tener en cuenta que sólo en la distribución de gas participan más de 15 grandes actores internacionales que han invertido más de 75.000 millones de euros. Hay que tener en cuenta que en un principio, la CNMC propuso recortar la retribución de esta actividad en un 17,8%, lo que afectaría a las inversiones, como así le dijeron algunas empresas afectadas.
Una propuesta que también tuvo su efecto en la cotización de dichas compañías, así como en las agencias de rating. Por ejemplo, Standard and Poor’s rebajó la perspectiva crediticia de Enagás, Madrileña Red de Gas y Nortegas a negativa. Pero no sólo eso, también se perjudicaría a la transición energética, porque el gas es clave como tecnología de respaldo de las energías renovables y así no poner en riesgo la seguridad del suministro. Ahora parece que el recorte podría suavizarse hasta el 10%, según Cinco Días.
La propuesta inicial de la CNMC tuvo su efecto en la cotización de las gasistas y en las agencias de rating
Algunos expertos consideran que en la reforma que pretendía la CNMC, la forma de valorar los activos es distinta: en los de electricidad, se fija un mismo precio, mientras que en el caso del gas depende del precio histórico (o sea, el valor contable). Por tanto, en estos últimos, la retribución se hace según el valor en libros de las redes, independientemente de la energía que pase por estas.
Los expertos también señalan que no era necesario cambiar la metodología de la retribución del gas en este momento, porque entra en vigor en 2021 y por tanto, hay tiempo… Algo en lo que ven un sesgo ideológico y falta de rigor. Además, añaden que la forma de hacer el cambio en la retribución es más favorable a la luz que al gas.
No sólo se han puesto en peligro inversiones, también la transición energética, donde el gas juega un papel fundamental
Pero tranquilos, porque la CNMC ya ha rebajado el sablazo que iba a dar en las actividades de transporte y distribución de electricidad, así como en las de transporte de gas y regasificación. Algo en lo que ha influido Mariano Bacigalupo, consejero del regulador y esposo de la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera. Así se ha visto en las diez circulares que han sido remitidas, hasta ahora, al Consejo de Estado, aunque este emitirá un informe no vinculante y será la CNMC la que diga la última palabra. Por ejemplo, Enagás, espera que la nueva regulación sea coherente y permita seguir apostando por la transición energética y la descarbonización, como señaló cuando presentó sus últimos resultados.