Marruecos solo tiene un objetivo: hacerse con las plazas africanas españolas, con las ciudades de Ceuta y Melilla, a las que siempre ha considerado suyas. Por eso, Rabat aprieta las clavijas a España siempre que puede para obtener beneficios y caminar en esa dirección. Lo hace, por ejemplo, abriendo la mano con los inmigrantes subsaharianos y provocando una presión migratoria sobre España en lugares como Ceuta y Melilla a cambio de, por ejemplo, exigir más dinero a la UE.
Pues bien: hoy ABC ha publicado una pertinente información según la cual el cierre por Marruecos el pasado 31 de julio de la aduana comercial con Melilla de forma unilateral se ha traducido en un importante perjuicio económico para la Ciudad Autónoma, históricamente puerto de entrada al continente africano para toneladas de mercancías que desde ahí viajan al país africano.
De hecho, después de 38 días con esta frontera comercial cerrada, las autoridades portuarias hacen balance y advierten de que el tráfico de contenedores que desembarcan en el puerto de Melilla se ha reducido ya en un 25%.
Fuentes conocedoras del caso consideran que, más allá de un aviso, supone una declaración de intenciones de Marruecos
Hasta el momento del conflicto, el transporte de contenedores era, en la zona, competencia casi exclusiva del puerto de Melilla. Ahora, las autoridades marroquíes estarían interesadas en potenciar sus puertos en la zona para que sean capaces de recibir esos mismos contenedores. Si lo consiguieran, los empresarios marroquíes evitarían el sobrecoste que les supone hacer llegar sus mercancías a Melilla para después consignarlas hasta Marruecos.
Imbroda advierte de los problemas con Marruecos que conlleva la debilidad del Ejecutivo socialista
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, advierte que lo preocupante no son las consecuencias pasadas o presentes de dicho movimiento, "sino el futuro". Según sus cálculos, si la situación no cambia y se alarga un año, la Ciudad Autónoma perderá "100 millones de euros" por culpa del desplante marroquí, gesto que deja ver las costuras de la política Exterior española. "El Gobierno es débil y en algunos sentidos torpe. Pedro Sánchez no fue a Marruecos en su primera visita oficial y si eso lo han hecho todos los presidentes, no es porque les guste, sino por algo", clama Imbroda quien, conocedor como pocos de Marruecos por su cercanía geográfica, advierte a ABC de los problemas que conlleva la debilidad parlamentaria del Ejecutivo socialista: "Un Gobierno débil es una presa fácil".
Las autoridades marroquíes, por descontado, también están al tanto...