El Gobierno convenció a SM Felipe VI de que hiciera un larguísimo viaje a Cuba y nada más aterrizar en La Habana Felipe VI se enteró de que Pedro Sánchez había firmado un pacto de sangre con Pablo Iglesias: habría gobierno del Frente Popular (socialistas, comunistas y nacionalistas), fuerzas que, con mayor o menor entusiasmo, preconizan la ruptura de España y su conversión en República.
Sin olvidar el pequeño detalle de que Moncloa ya hablan de fechas para la sesión de investidura y Pedro Sánchez vuelve a ejercer como jefe del Estado al proponer un capítulo de consultas con todos los partidos, salvo con la pérfida “ultraderecha”, mas que nada porque Vox constituye su coartada para engendrar el monstruo fratricida del Frente Popular.
Felipe VI se siente engañado por Pedro Sánchez. Así que intenta que el PSOE pacte con el PP y que comunistas y separatistas no gobiernen España
Todo esto sin que el Monarca hubiese iniciado la ronda de consultas, porque recordemos que es el jefe del Estado quien encarga formar Gobierno a un político, no el líder del partido ganador quien decide formar gobierno y forzar la investidura.
Conclusión: ante este descaro sanchista, el Monarca está barajando encargar la formación de gobierno a José Borrell, miembro del PSOE, partido ganador de la elecciones, para que constituya, o bien un Gobierno de coalición con el PP y Ciudadanos, o bien un pacto de legislatura (no basta de investidura), que tendría como principal objetivo -reforma constitucional o no de por medio- pararle los pies a los nacionalistas vascos y catalanes.
En Moncloa responden que eso es poco menos que un golpe de Estado regio. No es verdad: el jefe del Estado tiene todo el derecho a encargar a cualquiera la formación de Gobierno. Es más, les recuerdo que Pedro Sánchez ya ha recibido ese encargo tres veces y tres veces ha fracasado. Ya es razón suficiente para otorgar el encargo a otro.
Pero el sanchismo cree que no hay marcha atrás en el Pacto de los Picapiedra. En Zarzuela responden que es el jefe de Estado quien encarga formar gobierno
Lamentablemente, el bocazas de José María Aznar se ha adelantado y lo ha soltado en público. Y lamentablemente, es cierto lo que responden en Moncloa: Sánchez cuenta con la fidelidad perruna de quienes le deben el cargo: por lo menos más de la mitad de su grupo parlamentario de 120 diputados.
Ahora bien, si Felipe González, Alfonso Guerra y otros históricos del PSOE, se sumaran a la medida, y si el PP y Ciudadanos estuvieran a la altura -por ejemplo, aguardar su turno con un gobierno PSOE en solitario-, todo ello a través un pacto de legislatura con Borrell como presidente… el plan propuesto a Felipe VI será posible. sería factible. Además, no olviden que si el primer objetivo de ese hipotético Gobierno fuera la recentralización del país vía reforma constitucional blanda… también contaría con el apoyo de los 52 diputados de Santiago Abascal.
Total: PSOE (120) + PP (89) + Ciudadanos (10) + Vox (52) suman 271 diputados, por encima de los dos tercios de la cámara (233).
Por cierto, el que fuera vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra se ha pronunciado así sobre el pacto PSOE-Podemos: "Si miran la evolución del abrazo es la metáfora de lo que pasará si ese acuerdo se convierte en gobierno. Uno tomará la iniciativa y el otro no podrá decir que no, aunque le gustaría", ha indicado Guerra, al tiempo que ha añadido que esta situación puede acabar "en un drama".
El problema, como siempre, se llama Pedro Sánchez, quien tiene otra salida: romper el pacto con el neocomunista Pablo Iglesias. Ya tenemos las dos Españas: el problema es en cual de las dos quiere estar quien ha propiciado ese guerracivilismo, es decir, Sánchez. Si cambia de bando, tal y como desea buena parte de los votantes -que no de los militantes- del PSOE, el ‘suflé’ separatista bajaría.