El Gobierno Sánchez está imponiendo la vacuna contra el Covid sin explicar en qué consiste y sin reconocer que no conocemos sus efectos. Ese muñeco parlante -a un 101 por 100- en que se ha convertido Salvador Illa, desprecia los tratamientos que proponen firmas españolas como Pharmamar, mientras impone una vacuna inexplicada, la de Pfizer, Moderna o, peor, AstraZeneca, obviando las dudas sobre su eficacia y sobre sus posibles efectos secundarios.
Se trata de obligar por la fuerza de los hechos y así, como ocurrió en Galicia, si alguien se opone a ser vacunado los jueces, que no son ajenos al miedo cerval al virus que domina a la población española, le obligan a ello. Si la vacuna es tan eficaz y segura, ¿por qué no explica por qué es tan eficaz y segura?
Mientras, el Gobierno lleva a los tribunales el toque de queda de las 20,00 horas en Castilla-León
La situación actual en la España del Covid es sencilla: el miedo crece y la economía española se arruina. El Gobierno Sánchez, insisto, impone -sí, impone- una vacuna obligatoria e inexplicada. Y atención: el que se atreva a discrepar es un negacionista… como dijo La Sexta, el nuevo dios que impone lo cierto y lo falso. Su reportaje -periodismo de investigación, le dicen- del pasado viernes 15, contra los “negacionistas” resulto de una manipulación tan burda que insultaba la inteligencia del espectador. Pero el espectador de TV, hasta el más inteligente, suele ser pasivo, porque la tele no se enciende para informarse sino para pasara el rato. Así que La Sexta, del Grupo Planeta, que se supone que es de derechas de toda la vida, incidió en la gran mentira del negacionismo.
No existen negacionistas, porque nadie es tan idiota como para negar la existencia del virus. Lo que existe son personas, entre ellos científicos, a los que se niega tal condición. Los negacionistas no niegan el virus sino que discrepan de las medidas políticas contra el coronavirus, especialmente las que restringen las libertades. Son, también, los que se oponen a los centros de poder que se aprovechan del virus para crear una dictadura, los mismos que mienten sobre el origen del bicho y, por tanto, sorbe sus consecuencias.
Las CCAA más puritanas, más miedosas, son las del PP
Mientras, el Gobierno Sánchez a lo suyo: lleva a los tribunales el toque de queda de las 20,00 horas en Castilla-León. Que es una chorrada del ilustre pepero Alfonso Fernández Mañueco, de acuerdo -¿por qué no un toque de queda a las 12 del mediodía?- pero que, en momentos de histeria nacional, los distintos partidos se tiren las sillas a la cabeza por razón del virus… pues hombre, da que pensar.
Es verdad que las comunidades autónomas más puritanas, más miedosas, son las del PP. El Gobierno Sánchez, con su confinamiento domiciliario de marzo, hundió la economía española para muchos años y no quiere repetir la hazaña.
La actitud lógica del PP de Pablo Casado sería apagar el incendio, no prender nuevos fuego. El pánico general creado por el PSOE no se arregla con más medidas preventivas -que, encima, se han mostrado inútiles-. La labor de un líder político no consiste en amedrentar al pueblo, sino en sacarle de la histeria. No mintiendo, sino imponiendo un poco de optimismo… que es lo que ahora mismo necesitan los españoles.