El Gobierno Sánchez acertó al subir el SMI y erró al subir las cuotas del SMI.
La perspicacia de la ministra de Trabajo se dejó ver en dos tontunas: el registro contra las horas extra y los falsos autónomos.
La competición es difícil pero insisto en que entre las ministras más desastres del Gobierno Sánchez siempre competirá por la medalla de oro, Magdalena Valerio, titular de Trabajo y Seguridad Social.
El PSOE, y eso por presiones de Podemos, subió el salario mínimo hasta los 900 euros, esto es casi un 23%. Y eso está muy bien. De hecho, constituye la mejor medida, y única, del Gobierno Sánchez en 10 meses.
Ahora bien, cometió el error de subir en paralelo las cuotas sociales, el elemento que más desanima la creación de empleo, en la misma proporción.
¿Por qué España está condenada a la maldición de un paro permanentemente elevado? Pues porque no dispone de una normativa que garantice el despido libre, que es de justicia, y porque los impuestos laborales son altísimos, especialmente las cuotas sociales con la que se financian cada vez en menor proporción las pensiones.
Lo lógico sería aplicar en España el sistema danés: reducir cuotas empresariales (la más altas de Europa) y cambiar cuotas por IVA. En primer lugar, porque a la gente no hay que juzgarle (supuesto que haya que juzgarla por algo) por lo que gana, sino por lo que gasta. En una sociedad moderna, el ahorro se convierte automáticamente en inversión. Pocos tienen su dinero en el colchón (aunque deberíamos empezar a planteárnoslo).
Porque la diferencia existente entre el salario bruto y el salario líquido, sobre todo si en el primero incluimos las cuotas sociales, es como para que cualquier emprendedor se lo piense tres veces antes de contratar a alguien. Total, si todo el mundo sabe que el trabajador joven no va a cobrar pensión.
El escape a la prisión de las cuotas es fichar autónomos. Sí, falsos autónomos. Y ahí si que la ministra Valerio ha lanzado al cuerpo de inspectores contra esta perfidia laboral. Y digo yo: ¿no habría sido mucho más lógico reducir las cuotas para que muchas pequeñas empresas y no se vean obligadas a contratar falsos autónomos para reducir su imposible cuota impositiva? Pues bien, doña Magdalena Valerio ha tenido una idea genial: lanzar a su cuerpo de inspectores contra los falsos autónomos. Es seguro que así creará muchos empleos.
Pero la astuta ministra de Trabajo no se ha quedado ahí. Ha lanzado otra medida genial: la vigilancia de las horas extras. En un país donde la tasa de paro todavía deambula por el 14% lo más urgente para doña Magdalena es que nadie pague horas extra. Esto es lo que más preocupa a los trabajadores, mucho más que un salario digno, sin duda.
Y sin distinguir entre grandes y pequeñas empresas.
Magdalena es grande. Y uno de los puntales de un presidente tan frívolo como Pedro Sánchez, que se guía por ministros-icono, seguramente mantendrá en el Ejecutivo a Magdalena Valerio.
Estamos a punto de llegar al pleno empleo en España. Seguro.