- Así será posible "un país más pacífico, justo e igualitario", dice esta religiosa carmelita española, que lleva desde 1973 en el país.
- El papa "ha reforzado el llamado a consolidar la paz, la reconciliación, el perdón desde la justicia, la verdad y la misericordia".
- "Creo que ha encontrado un pueblo dispuesto a proseguir con el ideal cristiano: ser portadores de paz".
- "Me he sentido inmensamente sorprendida por la capacidad creativa y de resistencia que manifiestan los colombianos ante las situaciones adversas que han pasado".
- De los colombianos, destaca: "su fe, su capacidad de luchar buscando un futuro mejor y su espíritu alegre, han sido las bases para seguir adelante forjando un pueblo más incluyente".
Concluido el viaje del papa Francisco a Colombia, la
hermana María Jesús Melón Pacho,
religiosa carmelita Teresa de San José (
en la imagen), señala a Hispanidad que ha sido "un
impulso a seguir promoviendo la reconciliación nacional" y detalla lo vivido estos días en un país que conoce bien. De hecho, se define como "leonesa de nacimiento y colombiana de corazón", pues lleva en
Colombia desde julio de 1973, con un receso de seis años vividos en España.
Así será posible "un país más pacífico, justo e igualitario", dice esta religiosa carmelita. Y es que en su opinión, el santo padre "ha reforzado el llamado a
consolidar la paz, la reconciliación, el
perdón desde la justicia, la verdad y la misericordia", subraya. "Creo que el papa ha encontrado un pueblo dispuesto para proseguir con el ideal cristiano:
ser portadores de paz en todo tiempo, lugar y circunstancia", añade.
Entre los mensajes del papa, la hermana también recuerda la alusión a los
excluidos, que es un tema siempre vigente. "Y Colombia necesita seguir haciendo opciones por los empobrecidos,
promoviendo la justicia social y oportunidades dignificadoras para muchos. Y así la paz seguirá afianzándose", recalca.
El país "ha recibido con mucha alegría al papa Francisco. La
asistencia masiva a las diferentes actividades programadas, precedida de largas esperas para que todo saliera bien, habla del
interés por su persona y por sus mensajes". Una visita para la que la Iglesia colombiana y las Administraciones de Bogotá, Villavicencio,
Medellín y Cartagena han trabajado de forma coordinada durante más de seis meses.
Esta religiosa carmelita vive en
Bogotá, donde la respuesta ha sido "extraordinaria y multitudinaria" y la visita del santo padre se preparó previamente en parroquias, colegios y comunidades religiosas con oraciones y reflexiones. De todas las actividades, destaca las del día 7 (entre ellas, el encuentro con las autoridades civiles, la ofrenda floral a la patrona de Colombia o la Eucaristía en defensa de la vida en el Parque Simón Bolívar).
En esta última y en el encuentro breve con religiosos y familias del día 9 participó la religiosa española: "se respiró un
ambiente de fiesta ligado al tema del día, de
devoción y
solemnidad en la interpretación de las canciones, de
profundo respeto y de
participación".
En cuanto a
signos, la religiosa subraya "el
abrazo y el saludo cercano a víctimas de la violencia", que confirmaban el llamado a continuar el proceso de paz y reconciliación. Así como
el "nido" que le regalaron al Papa en la Nunciatura Apostólica de Bogotá, en representación de "la realidad humana capaz de encubar la vida pacífica, incluyente y misericordiosa, a la que todos estamos llamados".
"A nivel personal, me he sentido inmensamente sorprendida por la
capacidad creativa y de resistencia que manifiestan los colombianos ante las situaciones adversas por las que han pasado.
Su fe, su capacidad de luchar buscando un futuro mejor y su espíritu alegre han sido las bases para seguir adelante forjando un pueblo más incluyente, donde todos los colombianos puedan convivir en paz a pesar de las diferencias".
En cuanto a la situación de Colombia, la religiosa Teresa de San José cuenta que "está más o menos polarizada,
muchos están a favor del proceso de paz y otros no tanto, es la oportunidad de creernos que lo que se está promoviendo a nivel gubernamental es lo que realmente conviene para proseguir con el proceso". Como religiosa educadora ha ejercido la docencia y ha podido evangelizar desde la educación, el acompañamiento a grupos juveniles y a grupos de oración del barrio y participando en la vida parroquial; actualmente trabaja en la Casa Provincial, donde se ora mucho por los que dirigen el país y "se habla positivamente, sin descartar que a veces hay incoherencias entre lo que se promueve y se hace".
De sus años en Colombia, lo que más valora es "
la acogida de la gente, su alegría, su fe, su capacidad de generar vida ante tanta muerte. Con ellos he aprendido a dar importancia a lo esencial y a dejar de lado lo que es secundario y no lleva a ninguna parte". Pero lo peor "ha sido
el miedo y la desconfianza generados por la violencia y la inseguridad. Recuerdo el temor permanente en los años 1990, donde las bombas eran el pan de cada día. La muerte, el dolor, la destrucción y el desplazamiento nos rondaban".
Esperemos que de ahora en adelante, en el país sólo se hable de paz y reconciliación.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com