El que tiene un monopolio nunca admite que lo tiene, eso es cierto. Por eso, no es extraño que Fuencisla Clemares, directora general de Google en España y Portugal, haya afirmado este martes eso mismo, durante el curso ‘La economía de la pandemia’, organizado por la APIE y celebrado en la UIMP, en Santander: “Google no tiene ningún monopolio”, ha afirmado.
Y sobre la última investigación abierta por la UE, Clemares ha asegurado que los servicios publicitarios de la compañía respetan la competencia y que trabajará con Bruselas para demostrárselo.
Entonces, ¿por qué el buscador ha sido multado en Italia con 100 millones de euros y en Francia con 220 millones, por abuso de posición dominante, y en Alemania está siendo investigada por esa misma razón? Muy sencillo: las autoridades no comprenden el funcionamiento de internet. Ven monopolios donde no los hay. Google es bueno, muy bueno, y no abusa.
Ni siquiera se le puede achacar que haya estado años sin pagar todos los impuestos de debía pagar en países como España. No es su culpa sino de los gobiernos que no legislan convenientemente. Porque Google siempre ha estado dispuesta a pagar lo que fuera, de hecho, según Clemares, lleva años pidiendo -hoy nos enteramos- una reforma fiscal adecuada.
El problema de Google es que, además de abusón, es parásito, ladrón y censor. Y tampoco anda sobrado de humildad, como hemos visto en la exposición de Clemares. Google nos va a cambiar la vida, a mejor, naturalmente, y gratis. Ya lo está haciendo. Lástima que por el camino haya arruinado, por ejemplo, a los medios de comunicación y se haya erigido en censor global.