“La propia Casa Real está marcando distancias con esas informaciones inquietantes, conductas perturbadoras. Y yo se lo agradezco”.
Lo soltó el chuleta de Pedro Sánchez, durante su comparecencia conjunta con el hortera de Giuseppe Conte. Está dispuesto a salvar a Felipe VI pero no a Juan Carlos I, cuando lo cierto es que el intento sociopodemita -sí de ambos, del PSOE y de Podemos- consiste, no en condenar al Rey Juan Carlos I sino en acabar con la monarquía y promulgar la III República. Es decir, que Felipe tambien sobra.
Para entendernos, el proceso de destrucción de la monarquía española, unos 1.500 años de antigüedad, sigue estas estaciones: abdicación, abjuración, demolición.
El rey Felipe VI sigue el consejo de la madre del piloto: tú, ante todo, hijo mío, vuela bajo y despacio. Es la forma más directa de darse la castaña
Creo -aunque estoy en minoría- que Juan Carlos I se equivocó al abdicar en su hijo Felipe. En cualquier caso, lo hizo pero lo que no podía esperar es lo que hizo después. Don Felipe es un personaje no muy corajudo, hijo de la progresía del siglo XXI: blanda y acuosa. Ya he dicho en otras ocasiones del golfo hemos pasado al puritano. Un detalle menor pero ilustrativo: el uno se reía de las mujeres, del otro se ríen las mujeres.
Pero, sobre todo, don Juan Carlos no paraba, arriesgaba y conseguía cosas para España. Por ejemplo, consiguió un contrato estupendo para el AVE de la Meca a Medina. Don Felipe, por el contrario, sólo tiene un objetivo: que no me pillen en falta. Yo, quieto parao. El actual rey de España sigue el consejo de la madre del piloto: tú, ante todo, hijo mío, vuela bajo y despacio. Es la forma más segura de darse la castaña.
Por de pronto, Sánchez quiere reducir la inviolabilidad del Rey, lo que puede afectar a Juan Carlos I pero, también, a Felipe VI
En cualquier caso, Felipe VI ha sido rey por abdicación y ahora, seis años después ha abjurado de su padre. Al traicionar a su padre Felipe VI ha cavado su propia fosa. Y el dúo Picapiedra se aprovecha de ello.
Ahora sólo queda la demolición de la monarquía. Estamos en ello. De entrada, apenas 12 horas después, Sánchez daba un paso más: pretende reducir la inviolabilidad jurídica del Jefe del Estado, Esto puede afectar al rey Juan Carlos I pero también a Felipe VI. Es decir, a por la monarquía... en nombre de la ejemplaridad.