Muchos conventos, entre ellos varios de clausura, han dejado su trabajo diario y se han puesto al servicio de las autoridades para realizar mascarillas, batas u otro material necesario y que escasea de manera preocupante en los hospitales.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda de esta entrega total por parte de estas religiosas está la necesidad cada vez más acuciante incluso para poder comer. Cabe recordar que muchos conventos viven humildemente gracias a las ventas que realizan o directamente de la misma providencia, de personas que les llevan dinero o comida.
El confinamiento y la situación excepcional que se vive en España ha provocado que muchos conventos se hayan quedado sin ingresos y en otros que la ayuda que reciben se haya reducido hasta tal punto de lanzar un mensaje de auxilio.
Es lo que está ocurriendo por ejemplo con Iesu Communio, nuevo instituto religioso con más de 200 religiosas y en su gran mayoría jóvenes. Con dos casas, una en La Aguilera y otra en Godella, han visto reducir sus ingresos a cero al tener que cerrar el obrador con el que elaboraban los dulces y suspender las visitas de grupos al convento, momento en el que vendían y recibían ayudas.
Desde Iesu Communio han transmitido a las familias esta “necesidad” de ayuda pues al parecer ya hay “necesidades básicas” que no pueden cubrir. Para ello, han lanzado la posibilidad de recibir donativos on line a través de la web de venta de productos de repostería que tienen para así poder superar esta situación.
Por ejemplo, en la localidad zamorana de Toro el servicio de Protección Civil está dando su servicio de ayuda a domicilio a los monasterios y conventos de la localidad. Las autoridades municipales precisaron que las religiosas de clausura recibían ayuda externa de toresanos que, por la obligación de permanecer confinados en sus viviendas, no pueden desplazarse hasta los edificios religiosos y, por este motivo, Protección Civil es la que atiende ahora necesidades básicas durante el estado de alarma.
Pero no sólo las monjas de clausura necesitan esta ayuda. El Diario de Navarra se hace eco del llamamiento urgente de las Hermanitas de los Pobres de Pamplona, que se dedican en exclusiva a los ancianos necesitados y que vive de la providencia. Sin embargo, la pandemia ha mermado buen parte de sus ayudas. La superiora, María Dolores Ponce, explica que desde hace un tiempo no reciben la donación diaria que les llegaba de un supermercado y que llenaba los frigoríficos y la despensa de la residencia.