Mucho han cambiado las cosas para el imperio Benetton en casi tres meses y medio, pues ha perdido a la mitad de sus fundadores. En julio, falleció el menor de los cuatro hermanos, Carlo, a los 74 años por una enfermedad que le diagnosticaron seis meses antes -no se dieron más detalles-, y ahora, ha muerto Gilberto, a los 77 años por una pulmonía que se agravó.
Por tanto, solo quedan los hermanos mayores: Luciano (83 años) y Giuliana (81 años). Los cuatro fundaron en 1965 la marca de ropa United Colors of Benetton y gracias a su éxito, decidieron invertir los beneficios en otros sectores (infraestructuras -autopistas y aeropuertos-, alimentación y participaciones financieras), cuya estructura formalizaron en el holding Edizione en 2009, un gigante de 12.000 millones de euros del que cada hermano poseía un 25%.
Otro golpe en pocos meses, tras la muerte de Carlo y el derrumbe del puente Morandi que causó 43 muertos
Los Benetton son los propietarios de Atlantia, la cual gestiona autopistas y ha tenido muchos minutos de gloria últimamente por dos motivos: la OPA lanzada junto a ACS para hacerse con Abertis y el derrumbe del puente Morandi (Génova) que gestionaba su filial Autostrade y causó 43 muertos. Una nueva polémica ante la que Gilberto tuvo que salir a dar un mensaje de calma a los inversores: aseguró que la tragedia no afectará a la compra de Abertis, “una operación importantísima para Atlantia y para Italia, una operación que ha sido cerrada y detallada, dirigida por el consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci, y proseguirá según lo planificado”, afirmó en una entrevista para Corriere della Sera.
Gilberto Benetton ha sido definido como el alma financiera de la familia, según Il Sole 24 Ore, mientras Luciano era el creativo y Carlo y Giuliana, los técnicos. Es cierto que Gilberto había dado un paso atrás en Edizione, colocándose como vicepresidente, teniendo a Fabio Cerchiai como presidente y a Marco Patuano como consejero delegado (el responsable de que la familia también se hiciera con una importante participación en la española Cellnex).
Gilberto era considerado como el alma financiera de la familia Benetton: era vicepresidente de Edizione, cuya gestión del día a día tenían Fabio Cerchiai y Marco Patuano
Mientras que su hermano mayor, Luciano, había tenido que regresar a la cúpula de Benetton Group, de la que se había jubilado dando el relevo a su segundo hijo, Alessandro, quien no supo llevar bien el timón del barco y, al final, lo dejó para liderar el enésimo proceso de relanzar la marca. Y ojo, porque en esta vuelta al mando, Luciano presumió de acompañarse del provocador fotógrafo Oliviero Toscani, con el que la marca Benetton protagonizó más de una polémica: recuerden las famosas campañas con las fotos de Benedicto XVI, siendo Papa, besándose con el imán de El Cairo; Barack Obama haciendo lo mismo con Hugo Chávez e incluso el beso de un cura y una monja; además, están las fotos de un enfermo de SIDA o sus campañas contra el racismo…
Carlo tenía cuatro hijos y Gilberto, dos hijas… Empieza la sucesión para hacerse cargo de sus respectivos 25% en Edizione. Por su parte, Luciano tiene cinco hijos y Guiliana, cuatro hijas, por lo que la propiedad familiar está garantizada.