Municipales en Francia. Primero: 60% de abstención, 20 puntos más que en las anteriores municipales. Que sólo voten el 40% del censo deslegitima los comicios pero siguen siendo perfectamente legales.
Segundo, ese partido-movimiento nacional, que es el del presidente Macron, República en marcha, se hunde. Al parecer, a la gente le gusta el pluralismo, base de la democracia, pero no el pluralismo interno, en un partido político o en una cabeza. Eso más bien se conoce como esquizofrenia.
La abstención crece hasta el 60%, lo que deslegitima las elecciones
Al final, Macron sigue su hundimiento y los verdes suben. La razón es sencilla: suben porque en cuanto la izquierda y derecha tradicionales se desfondan, o sea abandonan sus principios y dejan de tener ideas, las posiciones transversales como, por ejemplo, los pesaditos de los verdes, que tienen prejuicios pero no soluciones, ascienden en la estima del electorado.
Al final, Anne Hidalgo se hace con París.
Marie Le Pen consigue su primera victoria en una ciudad de más de 100.000 habitantes: Perpiñán.
La extrema derecha toma Perpiñán, pero lo de Le Pen no tiene nada que ver con Vox: no es un partido cristiano, sólo nacionalista francés
Ojo: lo de Le Pen, el Frente Nacional, y aunque los terminales de Moncloa insistan en lo contrario, no tiene nada que ver con Vox: no es un partido cristiano, de hecho, entre sus líderes agnosticismo sólo un partido nacionalista francés.
Mientras, François Fillon, exprimer ministro y candidato de la derecha que iba a ganar las elecciones, ha sido condenado a dos años de cárcel por colocar a su esposa en el sector público. Las recomendaciones se pagan caras en Francia, sobre todo si eres jefe de la oposición y puedes ganarle las elecciones a la izquierda… o al esquizofrénico Macron.