El ministro de Energía, Álvaro Nadal, continúa su particular cruzada para que los partidos fijen una posición sobre el nuevo decreto que regulará el cierre de centrales, tras el frustrado real decreto anterior. La novedad, esta vez, es que ha pasado al cuerpo a cuerpo con Iberdrola, decidida a cerrar las centrales térmicas de carbón de Lada (Asturias) y Velilla (León), que el ministro quiere torpedear.
Nadal ha aprovechado un terreno amigo, Asturias, donde sabe que su presidente, Javier Fernández, comparte criterio y es, además, del PSOE. Eso no quita lo otro, que el problema tiene más recorrido y depende de una compleja negociación política. Nadal ha visitado el Principado para presentar el programa escuelas conectadas.
Ojo, es el mismo fondo -contar con todas las fuentes de energía- que aborda también Nadal con la energía nuclear. Y para esa espinosa cuestión, la renovación nuclear, también negocia con el PNV, y con Sánchez Galán y Borja Prado, presidentes de Iberdrola y Endesa. Con los nacionalistas, en el marco de los Presupuestos.
Nadal se apoya en el terreno amigo: Javier Fernández ha pedido el apoyo del PSOE y Ciudadanos a la ley del PP
En Asturias, Nadal ha planteado una cuestión muy concreta a Galán: si has puesto en venta las centrales térmicas en Reino Unido, porque no haces lo mismo con las españolas (son las dos últimas de Iberdrola). Según el ministro, “no es una postura simétrica”.
Paradójicamente, Nadal, que quiere evitar esos cierres, conoce también la postura de Galán, inflexible con el cierre anunciado con fecha: 2020. Pero Nadal insiste en lo contrario y espera el acuerdo de los partidos para evitarlo por ley. La actual carece de herramientas ahora y que van más allá de la rentabilidad de las instalaciones. Ese aliado lo tiene en el Gobierno asturiano, por el impacto social de los cierres, del mismo modo que en el Gobierno extremeño, para evitar el cierre de Almaraz.
Pero necesita más apoyos, del PSOE y de Ciudadanos, para que su reforma salga adelante.
El presidente asturiano ha sido muy claro al pedir el apoyo de todos los partidos a la ley del PP que blindaría las centrales térmicas, pero choca con el PSOE nacional y con el partido de Rivera.