En vísperas de presentar sus resultados semestrales y finalizadas las desinversiones, Naturgy se abre a nuevas oportunidades. Por ejemplo, quiere ampliar su participación (14,95%) en Medgaz, la sociedad dueña del gasoducto directo entre España y Argelia y cuya propiedad comparte con Cepsa (42%) y Sonatrach (42,96%) -empresa estatal argelina de hidrocarburos-.
Una operación que surge del deseo de Cepsa de reducir su participación en Medgaz y como sus socios -Naturgy y Sonatrach- tienen derecho de tanteo, debe ofrecérselo antes a ellos que a un tercero. Por cierto, a Sonatrach, que además es accionista de la compañía que preside Francisco Reynés (4%), también le gustaría ampliar su presencia en Medgaz.
Para Naturgy se trata de una operación con sentido estratégico, según analistas y fuentes del sector. Es una infraestructura estable que le reportaría ingresos a largo plazo (tiene contratos hasta 2031 con clientes como Iberdrola o Endesa) y sería una alternativa al gasoducto del Magreb, que transporta el gas argelino pasando por Marruecos y cuya concesión vence en 2021 y ya se está negociando su renovación. Además, sería una buena vía de diversificación de ingresos, justo cuando en España se está planteando un recorte de la retribución a la distribución y el transporte de gas y electricidad (recuerden la propuesta de la CNMC, aunque la bronca generada podría tener una consecuencia positiva: el desarrollo del gas renovable en España).