Netflix vuelve a ofender a los cristianos con una blasfemia: ahora se atreve a bajar a Cristo de la cruz para que tenga sexo con dos mujeres y mate a tiros a sus perseguidores. Y lo hace en la tercera temporada de la serie de dibujos animados para adultos Paradise Police (Paradise PD), que tilda de comedia.
A la plataforma de streaming que dirige Reed Hastings no le importa presentar la antítesis de Jesucristo, denuncia CitizenGO, pues es pacífico y no es vengativo ni promiscuo ni adicto al sexo. Un insulto gratuito hacia la fe cristiana, atacando los sentimientos religiosos de una gran mayoría, pero no se atreve a hacer ‘bromas’ similares de mal gusto sobre el islam o Mahoma. Por ello, CitizenGO lanza una recogida de firmas pidiendo a Hastings que retire la blasfemia de Paradise.
No es la primera vez que ofende a los cristianos: lo hizo en la película 'La primera tentación de Cristo', donde mostraba a Jesús como homosexual, a la Virgen como prostituta y a los apóstoles como unos borrachos. La plataforma reconoció en sede judicial que era una película ofensiva, pero no la retiró
Conviene recordar que no es la primera vez que Netflix ofende a los cristianos: ya lo hizo en la película La primera tentación de Cristo, donde mostraba a Jesús como homosexual, a la Virgen como prostituta y a los apóstoles como unos borrachos. Un caso que fue llevado a los tribunales en España y aunque la plataforma de streaming reconoció en sede judicial que era una película ofensiva para los cristianos, no la retiró de su catálogo y la siguió emitiendo.
Conviene recordar que no es la primera polémica de Netflix y que, tristemente, no será la última, pero esta puede ser una de las razones de que, a pesar de unos beneficios crecientes, haya frenado en nuevos suscriptores. Por ejemplo, no ha tenido reparos en un uso excesivo del sexo (como se puede ver en la miniserie Halston; en la serie Los Bridgerton, donde lo defiende y denuncia el uso ilegal de las escenas en sitios porno; o con la sexualización de niñas en Cuties). También ha habido un aumento de los reality, que no gusta a todos: en Byron Bay (Australia) no quieren que Netflix grabe allí uno de influencers y los surfistas y empresarios ya han protestado y se han empezado a recoger firmas. Asimismo, no ha tenido reparos en utilizar la manipulación en Gambito de dama y entró en campaña contra Donald Trump al atreverse a extorsionar al estado de Georgia con la reconsideración de su inversión allí si entraba en vigor la ley que restringía el aborto. Y al mismo tiempo, entre tanta polémica, intenta que los espectadores no se queden dormidos. ¿Por qué será? ¿El problema no estará en los contenidos? Hastings y compañía deberían reflexionar.