El obispo nicaragüense Silvio Báez invitó al Gobierno de Daniel Ortega a que “rectifique” y retome el diálogo nacional para superar la crisis sociopolítica que vive el país desde el abril pasado y que ha dejado cientos de muertos y detenidos, recoge La Tercera.
Báez, obispo auxiliar de la diócesis de Managua, dijo a periodistas que la renuncia como magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Rafael Solís, padrino de bodas del presidente Daniel Ortega, es una oportunidad para que el Gobierno sandinista busque “caminos de diálogo”, que se encuentra suspendido desde julio pasado.
Las “cosas que ha revelado” en su carta de renuncia el exmagistrado judicial “son otra ocasión propicia que tiene el Gobierno actual para rectificar y para abrir y buscar caminos de diálogo”, consideró el religioso, uno de los más influyentes de la Conferencia Episcopal.
El diálogo entre el Gobierno de Ortega y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia fue suspendido de forma indefinida en julio pasado
A juicio de Báez, tanto Ortega como la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo, tienen todavía una oportunidad de “presentarse con una nueva voluntad política” para “encontrar, a través del diálogo, una solución pacífica a este conflicto que sigue desangrando a Nicaragua”.
El diálogo entre el Gobierno de Ortega y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia fue suspendido de forma indefinida en julio pasado, después de que grupos oficialistas atacaron a obispos de la Iglesia católica, quienes actuaban como mediadores.
Báez aclaró que la búsqueda pacífica de acuerdos “no significa olvido”, ni “pasar por alto la justicia”, sino que se trata de ver hacia el futuro para “reconstruir una institucionalidad que asegure la no repetición de la represión y los crímenes que han ocurrido”. “Pero hay que dialogar, este el camino”, insistió.
Leopoldo Brenes expresó la disposición de la Iglesia católica de seguir como mediadora y testigo del diálogo nacional
Por su parte, el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, expresó la disposición de la Iglesia católica de seguir como mediadora y testigo del diálogo nacional, aunque aclaró que no se van a ofrecer.
“No nos vamos a ofrecer para no ser sobrantes pero siempre estamos dispuestos (…). Lo mismo sucede cuando una familia tiene conflictos. No nos vamos a meter nosotros, sino que cuando nos llaman ofrecemos el servicio”, explicó.
Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 561 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.