Ayer domingo 26 de julio se celebró en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona un funeral por las víctimas del coronavirus. La misa fue presidida por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.
El funeral se celebró pese a su prohibición por parte del Procicat (Plan Territorial de Protección Civil de Catalunya), que lo había prohibido expresamente por superar las diez personas previstas como máximo para las ceremonias religiosas, según una resolución del pasado 17 de julio.
Ante la citada actitud por parte de la Generalitat, el Arzobispado de Barcelona hizo pública una dura nota ayer a mediodía en la que lamentaba la «injusta y discriminatoria» limitación a diez personas en los actos religiosos, y reiteraba que en sus ceremonias cumplen con todas las medidas higiénicas para evitar contagios.
El Arzobispado de Barcelona señalaba que “ante el poco previsible cambio de actitud de la Conselleria de Salut, en los próximos días iniciaremos las acciones legales oportunas contra la arbitrariedad y la indefensión que sufren el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de culto, constitucionalmente protegidos”, recoge La Vanguardia.
El arzobispado acordó limitar el aforo a una cuarta parte de la basílica de la Sagrada Familia, cuando “para otros locales interiores más reducidos dicha norma autonómica admite un aforo del 50%”.
El arzobispado calificó la prohibición de “injusta y discriminatoria”, teniendo en cuenta que habían sido muy rigurosos en el cumplimiento de la normas sanitarias exigidas para los espacios cerrados. Se acordó limitar el aforo a una cuarta parte de la basílica de la Sagrada Familia, cuando “para otros locales interiores más reducidos dicha norma autonómica admite un aforo del 50 %”. Otro de los factores que generaron malestar en el arzobispado fue la insistencia de la Generalitat y el Ayuntamiento para que la Sagrada Familia se abriese a los turistas, cosa que sucedió tanto el sábado como el domingo por la mañana, y en cambio no se aceptase su apertura para un funeral, recoge también La Vanguardia.
Pues bien: hoy, el presidente de la Generalitat de Cataluña Quim Torra ha anunciado que ha ordenado al departamento de Salud que abra un expediente sancionador al Arzobispado de Barcelona por la misa funeral celebrada este domingo en la Sagrada Familia, recoge RTVE.