Seguro que él no lo pretende pero George Soros tiene el rostro propio del viejo retorcido que ha querido vender su alma al diablo y no ha encontrado la oferta adecuada.
La progresía de hoy no tiene nada que ver con el anticomunismo. Es más, es preferentemente capitalista y globalizador. Los capitanes progres son los multimillonarios que especulan en el mercado, caso de Soros o ‘los nuevos más ricos del mundo’.
La progresía actual, nominada en el Nuevo Orden Mundial (NOM), aspira a un Gobierno mundial y una religión global, porque sin ello no puede haber… control global. ni tiranía global, que es el fin último del progresismo, siempre liberticida. Como siempre, entre dos aguas: los que llevan y los que se dejan llevar. En estas estamos: Soros exige la cabeza de Zuckerberg pero el creador de Facebook es un pobre tonti-progre mientras el norteamericano de origen húngaro es una víbora.
George quiere que Mark dimita como responsable de Facebook
Verbigracia, Mark piensa que el aborto es progresista y considera que no se debe prohibir: Soros va más allá: le gusta el aborto y lo fomenta porque odia al hombre y en particular odia la debilidad. Zuckerberg es un cantamañanas que desprecia al cristianismo, pero Soros no tiene nada de pinchauvas; es un cristófobo que odia el cristianismo.
Y esto nos lleva a que el mundo ya no se divide entre izquierda y derecha sino en cristianos y cristófobos. Soros es un cristófobo. Mark es un cristófobo pero ni tan siquiera sabe que lo es.