- En EEUU arrecian las críticas contra la fracasada política de Obama en Siria.
- Pero el gobierno de Obama no quiere desplegar tropas estadounidenses en el terreno, y cree que las operaciones terrestres deben dejarse a las fuerzas locales.
- De la misma opinión es Francia. Pero mientras, la crisis de refugiados sirios hacia Europa continúa, huyendo de un Estado Islámico al que no se combate con militares sobre el terreno.
Como se sabe, la política exterior de Obama en Oriente Medio y Norte de África ha sido un desastre, alentando una Primavera Árabe que se convirtió en la espita para que el yihadismo salvaje se haga con el control de bastos territorios.
Un ejemplo de esa política exterior fallida de
Obama es Siria. No lo decimos nosotros, lo demuestran los mismos estadounidenses. En EEUU, el Pentágono anunció un programa a principios de año con el objetivo de formar a unos 5.000 combatientes sirios en el primer año, con un coste estimado de 500 millones de dólares.
Pero apenas 54 combatientes resultaron entrenados hasta ahora y la mayoría de ellos fueron atacados por un grupo vinculado a la red Al Qaida a su llegada a Siria. Una centena está actualmente en cursos de formación, informa
AFP.
Por eso, el jefe militar de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente tuvo que reconocer el miércoles ante el Senado en Washington la incapacidad en formar una fuerza militar rebelde siria creíble y numerosa contra el grupo Estado Islámico (EI).
"Los que están efectivamente en combate..., estamos hablando de cuatro o cinco", dijo el general
Lloyd Austin, bajo interrogatorio de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado, presidido por el republicano
John McCain. "Es una broma", comentó la senadora republicana Kelly Ayotte ante esa información. "Un fracaso total" fue más allá su colega republicano
Jeff Sessions.
La cifra ridículamente baja arrecia las críticas a la ineficacia de la administración Obama contra el EI, mientras decenas de miles de refugiados intentan llegar a Europa.
El problema "no es que no hacemos nada contra el grupo Estado Islámico. Es que no hay ninguna razón obvia para creer que todo lo que estamos haciendo será suficiente", sentenció el senador
John McCain.
En ese sentido, el propio McCain y muchos republicanos están presionando a la administración Obama para involucrar aún más al ejército de Estados Unidos en el combate contra el EI.
El senador por Arizona y excandidato presidencial es partidario, por ejemplo, de enviar fuerzas especiales estadounidenses al terreno para guiar los ataques aéreos de la coalición internacional.
Pero el gobierno de Obama no quiere desplegar tropas estadounidenses en el terreno, y cree que las operaciones terrestres deben dejarse bajo responsabilidad exclusiva de las fuerzas locales con apoyo de los ataques aéreos de la coalición.
De la misma opinión es Francia, cuyo primer ministro,
Manuel Valls, volvió a descartar una intervención de tropas terrestres de Francia en Siria, algo que consideró no realista. Sin embargo, "si se forma una coalición de países de la región para liberar a Siria de la tiranía de Daesh -acrónimo árabe del EI- esos países contarían con todo el apoyo de Francia".
Quien sí tiene claro que el verdadero enemigo en Siria es el Estado Islámico y no
Bashar al Asad (que es un sangriento dictador, dicho sea de paso) es el presidente ruso
Vladimir Putin.
Aunque todavía no ha conseguido convencer a EEUU, pero Europa está virando. Obama y Cameron no reconocerán nunca su error pero en París ya se empieza a hablar de que su bombardeos apunten en exclusiva Estado Islámico. Entre otra cosas porque se hacen realidad las palabras del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov: Al-Asad es clave para derrotar al fanatismo islámico de EI.
Y mientras, la crisis de refugiados sirios hacia Europa continúa, huyendo de un Estado Islámico al que no se combate con militares sobre el terreno. Y cada vez más en Europa surgen voces que piden dicha intervención para terminar con esa amenaza para la seguridad mundial.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com