L’Oréal España notó la pandemia del coronavirus a medias en 2020. Y es que redujo casi un 15% sus ventas por el confinamiento y las restricciones, pero no sucedió lo mismo con el beneficio neto, que aumentó un 26%, aunque fue inferior al registrado en 2018.
En concreto, la filial de la empresa francesa de cosméticos y belleza ha subrayado los efectos del Covid-19, sobre todo, por el cierre de las tiendas y córneres en El Corte Inglés y por la limitación de la actividad en peluquerías. Así, las ventas se han reducido un 14,7%, hasta 795,7 millones de euros, frente a las de 930 millones logradas en 2019. Por divisiones, 358,6 millones (-13,1%) correspondieron a productos de consumo (que agrupa entre otras marcas a Garnier y L’Oréal Paris); 255,7 millones (-19,8%) a L’Oréal Luxe (Lancome y Kiehl’s, entre otras firmas); 94,6 millones (+1,7%) a cosmética activa (incluye marcas como CeraVe o La Roche-Posay), que es la única que ha aumentado su facturación; y 85,6 millones (-18,8%) a productos profesionales.
La matriz también aguantó frente al Covid y ya tiene renovada la cúpula: Jean-Paul Agon ya sólo es el presidente y Nicolas Hieronimus, el CEO
Por su parte, L’Oréal España ha logrado un beneficio neto de 51,4 millones en 2020, lo que supone un 26% más respecto al del año anterior, que bajó por unos atípicos que le supusieron un impacto negativo de 47,3 millones. Eso sí, estas ganancias siguen lejos de las registradas en 2018, que fueron de unos 85 millones, aunque también irán a parar a la matriz en forma de dividendo.
Conviene recordar que esta última también aguantó frente al Covid en 2020, pues ganó 3.563 millones (-5%), facturó 27.992 millones (-6,3%) y disparó un 62% sus ventas online. Las cifras de la filial española se conocen un mes después de que Jean-Paul Agon (64 años, cumplirá 65 dentro de poco más de un mes) dejara de ser CEO de L’Oréal, y por tanto la gestión del día a día, en manos de Nicolas Hieronimus (57 años), que lleva desde 1987 trabajando en la compañía. Eso sí, Agon mantendrá el cargo de presidente.
Su filial española ha mantenido empleos, tras aplicar un ERTE a 844 empleados. Una buena noticia frente a lo que ocurrió en 2007, cuando despidió a 80 trabajadores veteranos en el almacén de San Agustín de Guadalix (Madrid) y los sustituyó por una subcontrata, mientras UGT se cruzó de brazos. Asimismo, ha logrado bonificaciones y ahorros en alquileres por unos 720.000 euros el año pasado, pero esto no le ha permitido compensar los costes relacionados con el Covid-19 (unos 959.000 euros).