Suiza puede convertirse en pionero en la eliminación de su moneda. Para ser exactos, de su papel-moneda, del dinero en metálico... que no del franco suizo. Canadá podría seguirle, porque el texto legal ya está preparado.
Mientras, en la Unión Europea se nos habla del monedero digital para todos los habitantes de la Unión. Se nos presenta como una aplicación desde la que poder relacionarse con todo el Estado europeo de forma directa y efectuar los pagos necesarios y emitir facturas. Es decir, impuestos, principalmente.
Se nos dice, también, que se trata de prescindir de los gigantes del pago digital, casi todos ellos norteamericanos. Pero lo que no se nos dice es que seguimos hablando de lo mismo: de supresión del dinero físico y de digitalización de todas nuestras relaciones tanto públicas como privadas.
Y esa maravillosa mundanidad globalista sólo tiene un problema. el atentado contra la privacidad. Toda transacción electrónica deja huella y puede ser perfectamente controlada por el poder. Insistimos: Bin Laden esquivó a los servicios de seguridad más poderosos del mundo al no utilizar procedimientos electrónicos. No es un ejemplo edificante, ciertamente, pero, si lo vuelven por pasiva, descubrirán que mientras paguemos con dinero en metálico nuestro rastro resultará mucho más difícil de seguir y nuestra privacidad estará a salvo.
Además, en metálico gastas menos y te endeudas menos.
Neguémonos a que muera el papel moneda: ¡Viva el dinero metálico!
Se trata de otra trampa globalista, para que todo esté gravado y grabado.
Se trata de otra trampa Nuevo Orden Mundial (NOM). Al menos, resistámonos cuanto sea posible.