Primer varapalo judicial para Irene Montero por sus denuncias contra las caceroladas en su chalet de Galapagar: la titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 4 de Collado Villalba, con jurisdicción sobre Galapagar, archivó la querella por acoso y coacciones de la ministra contra la concejal de Vox Cristina Gómez por hacer caceroladas ante la casa donde vive con Pablo Iglesias y sus tres hijos.
La juez aseguró entonces que la vía penal no era la indicada para resolver la controversia: más allá de la protesta no hay frases intimidatorias ni amenazas. Es decir que a Irene Montero le ha tocó probar de su propia medicina, o, en lenguaje de podemos, “jarabe democrático”.
Irene nada satisfecha con la resolución judicial puso una querella y se ha llevado una segunda dosis de ese 'jarabe democratico' . Y es que, la Audiencia de Madrid ha archivado dicha querella de la ministra contra las caceroladas frente a su casa. Los magistrados de la Audiencia Provincial ratifican el sobreseimiento de las actuaciones al entender, entre otros razonamientos jurídicos, que «los hechos no se corresponden con la acción de hostigamiento y por tanto, carecen de relevancia penal».
Y, como no dice el refranero popular que "no hay dos sin tres", ¿asistiremos a otro movimiento de la titular de Igualdad en pro de sus derechos? Estaremos atentos.
Mientras, la ministra sigue con su agenda diaria. Este jueves se ha reunido con responsables de ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo) tras anunciar ayer que el ministerio que dirige trabajará para derogar la reforma del aborto de 2015 y permitir que las menores de 18 años puedan interrumpir sus embarazos sin el consentimiento de sus padres.