De los 616 diputados y senadores (350 y 266 respectivamente), solo Pablo Casado ha agradecido a la Asociación Para la Defensa del Valle de los Caídos el envío del libro Los presos del Valle de los Caídos, de Alberto Bárcena, publicado por la editorial San Román. Ciertamente, el presidente del PP no se extiende en su respuesta pero, al menos, se ha tomado la molestia de hacerlo. Los demás, ni eso.
Hablamos del informe más completo sobre el Valle de los Caídos, elaborado a partir del ingente fondo documental existente que desmonta, uno a uno, los tópicos de la izquierda.
“En el Valle de los Caídos no hubo trabajos forzados, ni Cuelgamuros fue un campo de concentración. Los presos del Valle solicitaron ir allí por las ventajas que representaba para ellos: la redención de penas por el trabajo; el salario igual al de los obreros libres que también trabajaron allí y con las mismas condiciones laborales presos y libres; y, sobre todo, la instalación de sus familias junto a ellos, cuando lo solicitaron, en cuatro poblados que se construyeron dentro del Valle con su escuela, hospital, economato e iglesia”, relata el texto.
Es de bien nacido ser agradecido.