¿Cuál es la diferencia entre Podemos y PSOE en materia de educación?... Ninguna. Bueno, podría ser el tiempo de ejecución de sus propuestas, pero tampoco: tanto el PSOE como Podemos quieren llevarla a cabo cuanto antes. El ritmo es el mismo y el fondo, también. El objetivo primero y último de ambos partidos en el Gobierno es idéntico: eliminar la educación concertada, que es, ya lo hemos dicho en Hispanidad, en su mayoría católica.
Eso sí, mientras la ministra de Educación con la ley Celáa hace un alarde de hipocresía una y otra vez al insistir en que no persigue a la concertada, el líder de Podemos anuncia en su campaña al 4-M -tal como publica Religión en Libertad- que “se llevará a cabo la supresión progresiva de los conciertos educativos existentes y la permuta de la gestión indirecta a directa de las escuelas infantiles y casas de niños en centros de titularidad pública”.
Por otro lado, plantea su intención de revertir el decreto de 13 de enero de 2021, por el que se amplía la vigencia de los conciertos a 10 años: “se retirarán en aquellos centros en los que se tenga constancia de una doble financiación que sume al concierto un cargo a las familias por cualquier concepto” y se suprimirán “los conciertos en materia de orientación educativa”. En otras palabras, Pablo es más directa que Isabel o, si lo prefieren, Isabel es más hipócrita que Pablo.
Uno y otra u otra y uno persiguen a la enseñanza católica en un claro ejercicio de cristofobia. Mientras surgen movimientos ciudadanos como la plataforma Tufirma.org, recientemente creada para dar voz a los católicos en la plaza pública, a través de la cual un progenitor denuncia este intento de aniquilar sus derechos como padre y llama a que se escuche a esa mayoría que quiere educar a sus hijos según sus propias convicciones.