Países Bajos avanza en la cultura de la muerte, concretamente en lo referido a la eutanasia, cuya práctica sigue una pendiente resbaladiza hacia abajo muy peligrosa desde que se aprobó.
En concreto, los facultativos de aquel país podrán sedar a los pacientes con demencia grave antes de practicarles la eutanasia para evitar molestias --como que se resistan, por ejemplo-- antes de matarlos, recoge Infocatólica.
Tras la actualización del código penal, en los casos en los que un paciente presente demencia avanzada, «no es necesario que el médico acuerde con el paciente el momento o la forma en que se administrará la eutanasia».
Hispanidad ya publicó que cuando se legalizó la eutanasia en Holanda, la solicitaron 1.882 personas; la cifra aumentó en 2017 a 6.585. En 2017 se suicidaron 1.900 holandeses y a 32.000 personas se les aceleró la muerte mediante la utilización de una sedación terminal muy anticipada. Conclusión: más de una cuarta parte de las muertes en Holanda en 2017 (casi 150.000) fueron inducidas.
La actual normativa en Holanda también facilita la eutanasia para bebés menores de un año con el consentimiento de los padres.
Y el último paso que quiere dar el Gobierno de Holanda es una reforma legal que permitirá practicar la eutanasia a niños de entre 1 y 12 años que sufran una enfermedad terminal, según anunció el ministro de Salud, Hugo de Jonge.