- Y encima, para manchar la reputación del chico, uno de los policías le ha acusado de haber abusado sexualmente de su hijo, pero se trata de una coalición.
- El episodio no es algo aislado y existen otros, clamorosos y todavía impunes.
En
Pakistán, un estudiante cristiano de 17 años
fue golpeado y torturado hasta la muerte por un grupo de
seis policías paquistaníes en la aldea de Jhubhran, cerca de la ciudad de Sheikhupura, en el
Punjab. El chico se llamaba Arslan Masih y asistía a la clase de octavo de una academia pública.
Según ha referido a
Fides el abogado cristiano
Sardar Mushtaq Gill, que sigue el caso, "la familia del muchacho denunció el asesinato, pero la reconstrucción de los hechos parece ser
bastante difícil porque la policía es reacia a emprender acciones legales contra los policías que golpearon hasta la muerte a Arslan Masih".
Según una primera reconstrucción, unos días antes se había producido una disputa entre Arslan Masih y los hijos de un policía. Por venganza, seis agentes fueron a la academia de Arslan y comenzaron a golpearlo hasta que el joven murió.
Según otra versión,
Arslan no se detuvo en un puesto de bloqueo y la policía lo siguió y le pegó brutalmente, dejando su cadáver frente a la Academia. Para manchar la reputación del chico, uno de los policías le ha acusado de haber abusado sexualmente de su hijo, pero la acusación es falsa y completamente infundada, como insisten los miembros de la familia de Arslan.
El abogado Gill explica a la Agencia Fides: "Condenamos firmemente esta brutalidad de la policía de Punjab que asesina a cristianos inocentes contando con el hecho de que los cristianos, los más débiles de la sociedad, no pueden hacer nada y que la violencia permanecerá impune.
Pedimos justicia por este pobre estudiante cristiano asesinado por policías".
El episodio no es algo aislado: entre los otros episodios clamorosos todavía impunes, en marzo de 2015, el cristiano de 20 años de edad,
Zubair Masih fue torturado a muerte por la policía.
La madre del joven había sido previamente acusada de robar oro de la casa de su empleador, un musulmán, donde estaba empleada como doméstica. La policía le pegó brutalmente tratando de arrancarle una confesión.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com