Según una información de El País, la natalidad se ha desplomado en España debido al confinamiento por el coronavirus. En diciembre y enero se inscribieron 13.141 recién nacidos menos que el año anterior, una caída del 23%, según la información recogida de 3.929 registros civiles informatizados, correspondientes al 93% de la población.
“Será el INE quien dé la cifra real, pero el dato concuerda con lo que esperábamos y lo que estamos viendo en otros países”, explica a El País Diego Ramiro, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
“El mayor factor es la incertidumbre laboral. Aunque no pierdas el trabajo, tienes miedo de perderlo y decides esperar, pues se prevé un aumento del desempleo y la temporalidad", dice en el mismo medio Teresa Castro, demógrafa también del CSIC.
En cualquier caso, Hispanidad ya ha subrayado que una manera de impulsar la maternidad en España sería instaurar el salario maternal, pues en este país, quien está verdaderamente discriminada es la madre, no la mujer.
Sin embargo, lejos de instaurar el citado salario maternal, la actual prestación por hijo -escasos 100 euros mensuales hasta que el hijo cumple 3 años- se integrará dentro del Ingreso Mínimo Vital (IMV), recientemente aprobado por el Gobierno social-comunista.
En definitiva: hay que sustituir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y las rentas sociales de las comunidades autónomas por un salario maternal como el que existe en Europa, que se ofrece a la mujer por tener un hijo. En el IMV de Pablo Iglesias, la sociedad paga al individuo a cambio de nada. En el salario maternal la sociedad paga a la mujer por la mejor tarea ‘económica’ que puede aportarse hoy a la sociedad: educar a futuros contribuyentes.