Tarde negra la del jueves negro, 5 de abril de 2018. La justicia alemana deja en libertad a Carles Puigdemont, y todo el proceso catalán –o sea, lo contrario del procés- que parecía cada día más firme, se va al garete. Siempre he dicho que mucho peor que la politización de la justicia es la judicialización de la política.
En un solo día, la Reina de España sufre su primer abucheo publico, Carles Puigdemont es liberado, la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, se sitúa la borde del abismo (insisto, Cifuentes debió cesar por 100 razones antes que por esta ‘chuminá’ del master).
Ambiente de luto en Moncloa y en Génova Se temen deserciones
Pero, como decía un ministro, “para el tiempo que nos queda…”. El Gobierno está KO y Mariano Rajoy no es el hombre adecuado para devolver el entusiasmo a sus colaboradores. Lo que sí puede ser es el hombre que pase a la historia como el que sacó a flote –sólo eso, sólo a flote- a la economía española… justo antes de jubilarse.
El ambiente es luctuoso en Moncloa y en Génova y continúa el pavor a deserciones que puedan terminar en espantada general. En el Gobierno algunos ministros consideran que Luis de Guindos ha sido el más listo. Se marchó antes del hundimiento. Pero curioso, nadie en el PP se plantea volver a los principios primeros, al humanismo cristiano, que un día, tiempo atrás, inspiró la formación y caló entre el voto católico español. El PP se entibió y ahora anda en la carrera por el progresismo. Es decir, en la memez
Un secreto a voces: el gobierno está KO
Y por si fuera poco, el primer abucheo a la Reina Letizia junto al renacimiento de Puigdemont. La Corona es una de las pocas instituciones que se mantenían en pie en un país descristianizado y, atención, cainita. Justo ahora en que la Jefatura del Estado había recuperado el terreno perdido y doña Letizia andaba por caminos de discreción.
El vídeo de la Reina Letizia: ¿se trata de una filtración del CNI?
Por cierto, que la pregunta sobre quien filtró el vídeo de Letizia en Palma, el rumor por Madrid es que se debe al CNI, ese equipo donde manda Soraya Sáenz de Santamaría.
Además, “para el tiempo que nos queda”, ya a nadie le preocupa casi nada. Y si cae Cifuentes, que caiga. Y si media España empieza odiar a la Reina Letizia y otra media a la Monarquía borbónica... pues ya escampará.