El nuevo presidente de México, López Obrador, ha ratificado su intención de someter a referéndum la ampliación del aeropuerto de México, un proyecto adjudicado hace un año a un consorcio en el que participa la española FCC con un 14,28%.
La obra entró en arena de debate durante la campaña electoral, como informó Hispanidad, cuando Obrador dijo que quería cancelar esa nueva construcción si ganaba y utilizar la terminal actual junto a la base militar de Santa Lucía (Estado de México). Ese anuncio provocó la reacción de Carlos Slim, principal accionisista de FCC (en la imagen, a la derecha de Obrador), que defendió esa inversión como una oportunidad y cuya cancelación afectaría al riesgo país.
López Obrador reitera las críticas a un proyecto de 13.000 millones, que tilda de 'faraónico y plagado de corrupción'
El proyecto sigue en la diana de Obrador, aunque matizó después. Lo tilda ahora de “faraónico” -algo que no comparte Slim- y “plagado de corrupción” y asegura que “se va a someter a una consulta para que el pueblo decida sobre este y sobre todos los asuntos que tengan que ver con el interés público”.
El consorcio CTVM (Constructora Terminal Valle de México) se adjudicó el nuevo aeropuerto internacional con la propuesta más baja, de unos 4.700 millones de dólares (unos 3.800 millones de euros) y en él están CICSA, GIA, Prodemex, Hermes Infraestructura, ICA y las españolas FCC y Acciona. Para FCC, en concreto, la cancelación supondría un quebranto o pérdida de negocio de unos 543 millones de euros.
Slim dijo a López Obrador durante la campaña que “ahorita no tiene por qué meterse, ahorita son candidatos; que hagan sus estudios”. La semana pasada, el presidente electo avanzó que pediría un informe técnico sobre la obra a ingenieros mexicanos, pero ahora añade que quiere conocer “todas las voces y todas las opiniones”. O sea, con votación popular de carácter vinculante.