La pandemia del coronavirus ha supuesto un batacazo no sólo sanitario sino también económico, afectado a un gran número de sectores, entre ellos, el petrolero por el impacto de los bajos precios del crudo. Total ha cerrado 2020 con pérdidas de 5.982 millones de euros, lejos de los 9.307 millones que ganó el año anterior, pero mantiene el dividendo. De hecho, el Consejo de Administración ha decidido proponer a la Junta de Accionistas el reparto de un cuarto dividendo a cuenta de 0,66 euros, por lo que el dividendo total correspondiente a 2020 sería de 2,64 euros.
La petrolera francesa ha afrontado estos números rojos por los bajos precios del crudo y el impacto negativo de 8.261 millones en deterioro del valor de activos canadienses, pero son algo inferiores a los registrados en los nueve primeros meses (-6.970 millones). Asimismo, ha reducido sus ingresos un 29,8%, hasta 116.220 millones, y también ha aumentado su deuda neta, pasando de 25.713 millones a unos 30.680 millones.
A pesar de haber logrado beneficios en el tercer y en el cuarto trimestre -de 173 millones (-93%) y de 736 millones (-65,7%), respectivamente- y de la reducción de costes emprendida, Total no ha podido compensar el impacto del deterioro de activos. “Los resultados del cuarto trimestre rebotaron desde trimestres anteriores en un contexto de estabilización de los precios del barril de petróleo por encima de 40 dólares, gracias a la disciplina de la OPEP+ (los miembros de esta organización más Rusia y otros aliados)”, ha afirmado Patrick Pouyanné, CEO de la petrolera.
Conviene recordar que hace unos meses, Total se convirtió en la cuarta eléctrica de España tras comprar activos de ciclo combinado (850 MW) y una parte de la cartera de clientes de electricidad (en concreto, 1,6 millones de clientes) a EDP por 515 millones de euros. Además, empezará a fabricar baterías para coches eléctricos en Francia y Alemania junto a PSA y ha apostado por las renovables para lograr ser neutra en carbono en 2050.