El ahora vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias presentaba al ahora director general de Derechos de los Animales en lo que El Español define como una especie de mitin mixto para humanos y mascotas en Madrid. Iglesias aparecía junto a un can y nos explicaba: “Este perrito, este chucho tan lindo, apareció abandonado en Almagro en 2014 y lo encontraron unos amigos. (...) Se quedó con nosotros y es uno de los seres a los que yo más quiero y más feliz me hace. La forma en la que tratamos a los animales dice qué tipo de sociedad somos. (…) por eso creo que hay que poner las reivindicaciones de los derechos de los animales en primer plano”.
Y así lo hizo, puso los derechos de los animales en primer plano y a Torres al frente de su defensa... por 80.000 euros al año. El Español explica que los emolumentos del director general de Derechos Humanos se dividen en dos partes: la primera, un salario en torno a los 59.000 euros. La segunda, hasta llegar al total de 78.973 euros, un plus de productividad.
En el caso concreto del director general de Derechos Animales, el Ejecutivo argumentó para librar a García Torres del requisito que «la Dirección es absolutamente novedosa y marca un salto en el reconocimiento del respeto a los demás seres vivos», por lo que el mérito de su titular es tener «un conocimiento profundo de los agentes sociales actuantes en la protección animal y experiencia en las relaciones institucionales entre entidades sociales y administrativas».
Torres, que fue empresario hasta finales de 2019: regentaba un restaurante vegano en el barrio de La Latina (Madrid). Allí fue denunciado por dos empleadas. Le acusaron de haberlas despedido estando de baja médica, aplicando así la reforma laboral que instauró el Partido Popular.
Ahora vela por los derechos de los animales.